Y sexualidad

diciembre-1995

La sexualidad es una actividad conjunta de la pareja.
Muchísimas veces se "filtran", y por que se los deja: padres con sus exigencias, restricciones, creencias etc. a las que cualquiera de los dos, aunque sea muy en el fondo, quieren ser fieles; hijos cuya presencia en la preocupación, por ejemplo de que escuchen, no se puede evitar; amigos con sus consejos; televisión presente en imagen y sonido; aquel otro u otra que viene aparece en el pensamiento.

Son justamente, estas interferencias que indican determinado grado de ESTRÉS FAMILIAR a las que responden los presentes o futuros problemas sexuales.

Siendo la sexualidad el contacto más íntimo entre las personas que requiere que se pongan en juego libremente la forma de ser de cada uno, cuando intervienen las necesidades ajenas a ellos provocan actitudes que desconciertan y enfrían.

En el otro produce incomodidad o desconcierto ante la cual también reacciona, usualmente, en forma discordante.

Los problemas sexuales pueden ser: falta de deseo, dificultad en la excitación, falta de orgasmo, insatisfacción en la relajación posterior. Con sus diferentes características masculinas y femeninas.

Suele ser la sexualidad en donde más repercuten las tensiones individuales y familiares, a su vez el mal funcionamiento de ella aumenta el estrés familiar.

Es en la sexualidad que se necesita la confianza total en el otro, la máxima intimidad, que ninguno tenga que cuidarse las espaldas como con un enemigo, a tal punto que permita el abandono a las sensaciones conjuntas. Es la única actividad en la que todo es placer, que la reglas del juego es el "todo vale", en que uno puede ser totalmente espontáneo sin ningún riesgo. En situaciones de exigencias, miedo, bronca etc. esto no se logra. Y, si ! son situaciones también provocadas y que provocan a su vez estrés familiar.

Se produce una realimentación mutua: estrés familiar = disfunciones de la sexualidad, + disfunciones de la sexualidad = + estrés familiar.

Estamos recibiendo cada vez mas consultas de disfunciones sexuales a en matrimonios cuyos integrantes son muy jóvenes y que pasan los 45 años. Los síntomas abarcan cualquiera de fases de la relación sexual: deseo - excitación - orgasmo - resolución.
Y estamos comprobando que en estas edades están influenciando con gran peso situaciones de estrés familiar con fuertes contenidos de proyectos inciertos y familias extensas que interfieren.

Siendo la sexualidad la actividad espontánea y libre por excelencia no es adecuado tratarla por medios farmacológicos ni por tareas para el hogar, pues así se refuerza aún mas esto de que la sexualidad no es de cada uno y que tiene que ser por lo tanto dirigida desde afuera.
En caso de que afrodisíacos u otros medicamentos puedan ser de una ayuda es siempre en conjunto con una terapia adecuada. De otra forma no solo no resuelve y tapa los problemas personales y relacionales sino que además predispone a las adiciones para resolver problemas.

La terapia adecuada, en estos casos, es con profesionales psicoterapeutas especializados en sexualidad y psicoterapia de familia, no hay otra forma de encarar el problema en forma global, con todo lo que él envuelve.