Causas
Causas básicas de las disfunciones sexuales
Previamente se tienen que descartar los factores orgánicas que puedan estar determinando la disfunción sexual. A la vez hay que ir chequeando que otros componentes inciden en la aparición y sostenimiento del síntoma; es el momento de detectar, diagnosticar y resolver causalidades psicológicas y de la relación de pareja.
Como en todo lo lo humano no hay una sola causa. Tanto en la salud como en la enfermedad intervienen las distintas áreas: física, psicológica y social.
Es una policausalidad, ningún determinante actúa por sí solo.
Por ello una visión y tratamientos integradores son los que
pueden resolver las disfunciones sexuales.
La integración
en las psicoterapias sexuales requiere asistir la pareja y sus
múltiples problemáticas; focalizar en la sexualidad y
sus problemas teniendo a mano las formas de resolverlos; detectar
para solucionar las particularidades psicológicas generales y
sexuales de cada uno; así mismo es necesario tener múltiples
recursos para complementar distintas técnicas según las
particularidades de la pareja y de cada uno.
Causas psíquicas - vinculares
No hay una diferenciación neta entre ambas áreas. En la pareja y especialmente en la sexualidad, tanto en lo positivo como en lo negativo, hay responsabilidades mutuas. Ambos aportan sus características, unas benefician, otras perjudican, aunque sea uno el que expresa el problema; ambos se entrelazan, se conjugan, se complementan reforzando las dificultades. Dificultades que juegan como causas y a veces son, también, consecuencias.
Pueden ser:
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Enfermedades psicológicas importantes, especialmente depresión, melancolía, esquizofrenia, evitación fóbica, obsesiones, crisis de pánico, como así también estados de ansiedad, angustia, estrés.
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Conflicto intra psíquico. Dilemas. Culpas.
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Astenia (estado de ánimo decaído) de causa biológica y/o psicológica.
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Intelectualización. La sexualidad se mueve en el campo de las vivencias, los sentimientos y las sensaciones, estos son los móviles y el terreno en donde está inmersa la vida sexual, en cuanto comienza a predominar el razonamiento cualquier fase que esté en juego en ese momento (deseo, excitación, orgasmo o resolución) queda desplazada y el placer sexual desaparece o disminuye decisivamente.
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Miedo al “fracaso”. El tomar la sexualidad como un desafío a triunfar o perder se pone en marcha la ansiedad anticipadora del fracaso. Es lo más habitual, entonces cualquier una manifestación normal como ser no controlar el orgasmo, anorgasmia, desaparición de la excitación, etc., comienza a poner en juego esta ansiedad e inicia la disfunción.
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Mitos, tabúes, errores cognitivos.
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Dependencia de la opinión ajena, por ejemplo de los ruidos de alcoba o por hacerse mimos ante otros.
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Ocultamiento de la sensualidad y erotismo ante hijos. Permanencia de la puerta de la habitación siempre abierta y/o no resguardad la intimidad dentro de la misma donde nadie puede entrar sin el debido permiso.
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Rechazo del compañero (global o parcial). Hostilidad de uno o recíproca. Deseo de cambiar radicalmente al otro. Lucha por el poder.
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Falta de confianza en si mismo o en el otro: miedo a no gustar, al abandono o al ataque...
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Conductas evitativas: el sabotaje sexual.
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Crisis vitales o circunstanciales.
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Intolerancia de la disminución de la sexualidad, ya sea por crisis vitales (ej. puerperio), crisis circunstanciales (ej. disminución o pérdida de trabajo) o bien porque se está colocando las energías en otro tema como ser un examen, un congreso, enfermedad de un familiar.
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Interferencias de terceros: hijos, padres, amigos, amantes, posibles o supuestos otros, vecinos...
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Miedo al embarazo o enfermedades.
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Coito interrumpido (por anticoncepción u otros motivos).
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Sabotaje (inoportunidad, peleas, actitudes antieróticas, especulaciones).
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Disfuncionalidades en el vínculo.
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Estado de peleas constantes.
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Deudas no saldadas de aquellas cosas del otro que dañaron y que nunca se terminan de hablar.
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Distorsión en la comunicación.
Causas sociales
Pueden ser:
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Persistencia del patriarcado.
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Tabúes, mitos y dogmas sostenidos desde los distintos grupos sociales de pertenencia de cada uno.
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Invasión diaria de todos los medios de comunicación que atenta contra el sostenimiento del erotismo en casa, contra la apetencia por otro o la autovaloración.
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El culto al físico, la búsqueda de un cuerpo distinto del otro o de si mismo impulsado desde los grupos de pertenencia, los medios de difusión.
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La incentivación a poner la mirada en otra parte.
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Campañas que instauran el miedo a las enfermedades y en vez de recurrir a la prevención desde la salud estimulan la inhibición de la sexualidad.
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Constante bombardeo de imágenes sexuales de todo tipo.
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Ritmo de vida insano que no deja ni tiempo ni energías para el placer, la dispersión. el encuentro íntimo, la comunicación larga y tendida.
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Ideologías del todo vale aunque moleste al otro, el vivir solo el hoy, la egolatría y egocentrismo, las tendencias al éxito y eficacia total.
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Valoración del aspecto físico y la pose en detrimento de las particularidades humanas y el contacto profundo con el otro.
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La disminución creciente y abrupta de los grupos de pertenencia, de la comunicación, del poder hablar con amigos.
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Comercialización con la consiguiente propaganda e instauración de que ello es necesario de distintos “afrodisíacos” o productos que en definitiva van a mermar el deseo y crear dependencias.
Organicidad
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Tabaquismo
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Alcoholismo
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Ingesta de psicofármacos
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Uso de algunas medicaciones como ser las psicotrópicas, para la hipertensión, antiulcerosas
- Trastornos de la lubricación, por medicamentos que la alteran o causas hormonales.
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Drogadicción: desde la marihuana (aunque parezca afrodisíaco), hasta las drogas mayores.
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Diabetes
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Obesidad
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Hipertensión - problemas vasculares
- Dolores pélvicos
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Esclerosis
- Consecuencias cirugías
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Dialización
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Vaginitis senil
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Patologías musculares, neurológicas, endocrinológicas, u otras que afectan al pulmón, hígado, riñón, o sistema cardiovascular.
Antecedentes psicosociales (hasta 3 años)
Si bien no son necesarios también son algunos de los factores que ocasionalmente van a sumarse a las otras causales. Es un parámetro para visualizar cuan duradero puede ser el efecto de este tipo de acontecimientos en la vida sexual. Es indicado que cuando suceden estos cambios se haga un tramo de psicoterapia como para aminorar las consecuencias y poder expresarlos por su vía afectiva directa.-
Viudez.
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Perdidas significativas.
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Divorcio / pérdida de pareja, separación de cualquier índole.
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Migraciones.
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Despido / miedo de, cambio de empleo.
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Síndromes depresivos.
Por último volvemos a insistir en el criterio de la integración biopsicosocial de todo lo humano. De las posibles causas mencionadas se pueden dar una, dos o más de cada área, siempre están presente las tres, hay que tenerlas en cuenta en su conjunto para el logro de mayores gratificaciones y realizaciones, para la prevención y para los tratamientos.
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