Relación Sexual
O como quieras llamarla
Se la llama de distintas formas, ¿no?.
Veamos algunas cuestiones de esto de "ir a la cama". Bueno..., o a donde más guste: a la cocina, al balcón, a la terraza, al baño, en fin a elección personal (personal de a dos, claro).
Sea con el nombre que sea, sea donde sea y de la forma que sea, hay múltiples variedades, diríamos infinitas posibilidades.
| Lo que sí se espera es que sea totalmente libre, en donde ninguno tenga que esconder, ocultar, precaverse, cuidarse de las formas, etc. . . . Es una de las poquísimas relaciones en donde cada uno puede mostrarse como es, quien es. |
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Llegar al orgasmo resulta ser adecuadamente una finalidad de las relaciones sexuales.
No por ello hay que dejar de gozar relaciones sexuales sin orgasmo de alguno o de ninguno.
Los demás momentos de la relación sexual son tan importantes y necesarios como el orgasmo, disfrutar a pleno de cada uno de ellos sin objetivos determinados más que ese disfrute mutuo es la cuestión.
Contribución
De Celia Viñas que envió el artículo con su comentario.Artículo extraído de elsitio.com:
Cuando un hombre escucha "haceme lo que quieras" de una mujer en la cama.
Por IUS
"Haceme lo que quieras" son las palabras más sexies que puede decir una mujer. Sólo puede decirlas en un momento de pasión. Sólo las puede decir pocas veces, a poca gente y en pocos momentos.
"Haceme lo que quieras" son las palabras más sexies que puede escuchar un hombre. Cuando un hombre tiene la suerte de escuchar esas cuatro palabras, sabe que esa mujer se siente más mujer que nunca y lo siente a él más hombre que a ninguno en ese instante.
El sexo tiene extraños caminos, y uno de los afrodisíacos más grandes para hombres y mujeres es saber que el otro está pasándola realmente bien. Al decir "haceme lo que quieras", un mujer está diciendo: "La estoy pasando bárbaro y quiero darte todo para que vos la pases bárbaro." Es como decir: "Quiero ser tu puta pero no por dinero sino porque ya me pagaste con sexo y quiero devolvértelo con la misma moneda y estoy dispuesta a todo porque me diste todo." Es como decir "gracias", y "por favor, dejame agradecerte."
No vale la pena aclarar que acá no estamos hablando del bastardeo de esas palabras, de un puta paga que dice "haceme lo que quieras", en ninguna de sus variantes ni casos. Tampoco nos referimos esas frases hechas, de revista femenina barata, recetadas para decir unos instantes antes del falso orgasmo, para que él se excite, acabe pronto y termine el suplicio.
Es fácil saber de lo que estamos hablando: si eres mujer y alguna vez dijiste desde el fondo de tus entrañas "haceme lo que quieras", lo sabes. Si nunca lo dijiste, puedes imaginar cómo deberías sentirte para decirlo y sentirlo al decirlo. Si eres hombre y alguna vez te lo han dicho de ese modo que tienen a veces de decir las cosas los humanos, que uno puede dudar de todo, menos de que te están diciendo la verdad. Si no, puedes imaginarte cómo te sentirías al escuchar esas palabras en el medio de la pasión y sentir que son verdad.
Tan lejos, tan cerca
Cuando comienza una relación, hay temores y dudas en la cama… ¿Le gustará lo mismo que a mí? ¿Hará las cosas que me gustan, como a mí me gustan? ¿O yo haré las cosas que le gustan, como le gustan? Cuando hay química, todo indica que en algún momento pasará, que el sexo será más y más atrevido y quizás, en algún momento, cada uno se acerque al ideal del otro.
Pero cuando una mujer dice "haceme lo que quieras" está diciendo "hiciste todo lo que me gusta, como a mi me gusta y quiero hacer todo lo que te gusta como te gusta". Quiere decir que tiene todo lo que desea de una relación sexual y está dispuesta a dar todo para que él lo tenga también.
No importa qué es lo que tú quieras, ni cómo ni cuándo, tampoco importa qué es lo que yo quería, ni lo que ella esperaba. Fuera lo más inocente o lo más depravado, lo que vale, lo que importa, es la entrega.
Además, cuando un hombre escucha esas palabras, siente realizado ese insalvable deseo machista de posesión. Al menos en ese instante, esa mujer es totalmente tuya, y es totalmente tuya porque quiere serlo y disfruta con ello, porque es lo que realmente más desea. Ese instante podrá durar esa noche, un año o una vida, podrá morir, podrá convertirse en amor o podrá seguir siendo pasión.
Puedo declarar que cuando un hombre escucha esas palabras -dichas con la fuerza, pasión y verdad con las que la escuché yo-, esas palabras quedan resonando en su cabeza por mucho tiempo, alimentando todas sus fantasías y egos.
Lástima que ella sólo recuerde que lo pasó muy bien, que tomó mucho champagne, que se divirtió, quizás sienta que está naciendo algún sentimiento, pero no creo que se acuerde de lo que dijo jadeando, borracha, con la voz entrecortada por gemidos.
Pero yo si me acuerdo, y al recordarlo me siento muy bien. No sé cuantas veces le han dicho a ustedes en una cama un "haceme lo que quieras" como este que trato de contarles, pero a mi sólo dos, y una fue anoche. Quizás ella sí se acuerde…
Comentario
Es un exclusivo momento en que se llega a la fusión con el otro, a un estado que doy en llamar "el brote orgásmico", que no tiene palabras para ser descrito.Voy a poner un comentario sobre el artículo que viene mas abajo:
Cuando el hombre escucha "Haceme lo que quieras" de parte de una mujer.
Estas palabras no creo las provoque el champagne... sino un sentimiento de entrega que se da al recibir, percibir, con cada centímetro de piel la entrega y el placer mutuo. Y la confianza que esto implica... me puedo desbordar.. puedo abrirme a todo, el otro me "com-place".
¿Será lo mismo que siente una mujer cuando escucha.."Que queres que te haga"?
Creo que si, al haber desbordado en otro todos los diques propios y que ya su propio placer no le es suficiente y "necesita" el placer del otro para aumentar el propio.
Saludos Celia
Reflexiones que nos despierta el aporte de Celia:
Y, ¿qué puede pasar cuando la mujer escucha del hombre "haceme lo que quieras"?, y que indique con esto que se entrega totalmente, ese estoy entregado, confío en vos y me largo a sentir, nada más que a sentir y expresar libremente sin el control intelectual.
Vamos a rescatar del artículo anterior la siguiente frase:
". . . uno de los afrodisíacos más grandes para hombres y mujeres es saber que el otro está pasándola realmente bien".
Esta nos da pié a tratar el punto: "en sexualidad todo vale".
Es el ámbito, el espacio, la relación en donde uno puede ser totalmente libre, espontáneo, mostrarse tal como quiere. Es justamente cuando no se da el permiso de esto que la sexualidad no es plena y con peligro de disfunciones.
En este sentido no solamente es uno de los afrodisíacos más grandes el saber que el otro la está pasando realmente bien, es indispensable que ambos se sientan totalmente cómodos, en puro placer.
Es este otro ingrediente indispensable de la sexualidad: es todo placer, cuando entran los sentimientos displacenteros se acaba la sexualidad.
No se pasa realmente bien cuando alguno se tiene que andar cuidando de algo.
Todo vale, no hay problemas ni de los gestos (todo lo contrario), ni de la gordura, ni de las palabras. . .; todo es altamente placentero. Hay permiso para todo. La creatividad puede volar hasta donde a uno se le ocurra. Libertad total, total.
Entendemos que es este tipo de sexualidad el que es realmente pleno, relación en la que se puede decir "haceme lo que quieras", en la medida que cada uno cuente con la capacidad de cuidado propio y cuidado del otro, (podés recurrir a los componentes básicos de la sexualidad en el ítem "Premisas").
Y no estamos diciendo que para esto haga falta una relación estable etc. etc..
La capacidad de cuidado propio y del otro está en uno y en quien uno encuentra como pareja y se sabe que es así.
Y es así como se puede estar seguros que el otro la pasa realmente bien y está el "haceme lo que quieras". Por que es así que "aquí y con vos, todo vale".
Para evacuar dudas, inquietudes,
preguntas ir al foro de sexualidad:
http://www.es-asi.com.ar/forum/14,
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