¿Cambio de pareja o cambios en la pareja?

¿Cambio a mi pareja?

o

¿Intento que mi pareja cambie?

Hay cambios de la relación de pareja en sí, en el vínculo.
Hay cambios de cada uno, avalados o no por el otro.
Hay cambios que cada uno quiere del otro, de su pareja. Estos suelen ser planteados o no, también suelen ser impuestos en forma explícita o calladamente.
Es una producción de psintegra

Un gran problema de pareja:
cómo cambiar al otro

El planteo es repetido. “¿Cómo puedo hacer para que él quiera comunicarse?”, “quiero lograr que ella sea dulce y suave”, “él tiene que dejar de ser egoísta”, “no se si yo pueda romper con ese autismo emocional de ella”, “luego de 20 años sigo esperando ese “te amo” o “qué bella estás hoy...””, “¿cómo hacer para que él dedique tiempo a mi y no esté siempre rezongando y trabajando?”, . . ., la lista es interminable.
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Uno o ambos se pasan años y años en esta empresa, quizá 1 o 2, tal vez 8 o 15, hasta que alrededor de los 20 años de pareja se cae en la cuenta de que ¡todavía no ha cambiado!.
Y pasaron los años en pos de una quimera.
Vamos a abordar el problema a fin de que no transcurran los años (¡pasan rápido!) en un batallar sin resultado alguno, pasando el tiempo sin poder disfrutar de la pareja, de la sexualidad... de la vida en general.

En la pareja las batallas para cambiar al otro suelen ser improductivas. Es más no es adecuado que ello se intente. Un adulto no tiene derecho a cambiar a otro adulto, tiene que respetar al otro y el respeto de persona a persona indica, también, que no se pretenda que alguien sea como uno quiere y mucho menos querer lograr esos cambios a fin de que cubra las expectativas personales.

Otra cuestión es el aporte mutuo para que ambos evolucionen y se enriquezcan cada vez más. En el transcurso de la vida siempre se modifican características personales, modificaciones que transcurren espontáneamente o son propiciadas por el otro. Una de las funciones de la pareja es el apoyo a los cambios que cada uno quiere hacer para superarse cada vez más.
Ayudar que el otro se de cuenta de aspectos negativos y que los cambie, es la cuestión.

Una cosa es querer imponer cambios personales y otra es trasmitir lo que molesta o lo que a uno le parecen rasgos negativos. Entonces el “vos tenés que cambiar tal cosa” da paso al “me molesta esto de vos” o “aquello no me gusta, para mi está mal”, etc. En tanto los cuestionamientos sean planteados desde lo que uno necesita o desea y no como una obligación de cambio, el otro sabrá que hacer, planteará acuerdos o desacuerdos al respecto. Para todo esto hay que estar dispuesto a ser honesto con lo que se quiere o espera del otro y a saber que se pueda tolerar la negativa y el disenso sobre ello.

Es fundamental llegar a tener claridad si los cambios esperados son necesarios para uno. En tanto estas modificaciones sean importantes pero no necesarias y el otro no quiera o no pueda cambiarlas se puede prescindir de ellas; son características que molestan pero que se pueden aguantar o pasar por alto, por ejemplo “que me levante la voz y se ponga autoritarista no lo acepto más bajo ningún concepto, en cambio puedo tolerar que no me diga textualmente que me ama”. Si lo que se cuestiona a la pareja es necesario e imprescindible para uno y la otra persona no la reconoce como característica propia o bien no está dispuesta a modificarla (por que no quiere o no puede) hay que ir pensando que esa no es la persona que uno necesita como pareja.

El tipo de pareja y de persona que se necesita       Es una producción de psintegra

Ante los replanteos de cambios, cuando se ven en el otro aspectos que no gustan, en tanto se hace difícil la relación por cuestiones que molestan, en los momentos que se quiere terminar la pareja por que no se aguanta más tal o cual cosa. . .
La reflexión tiene que venir acompañada de claridad en cuanto a la escala de valores personales en lo atinente a la pareja:

  • Hay aspectos innegociables, particularidades que por nada del mundo se aceptan y requisitos imprescindibles. Lo que se necesita de la pareja en forma imprescindible, es decir que no se puede tener una pareja con o sin lo reclamado.
    Vamos a los ejemplos, “no puedo tolerar bajo ningún concepto una pareja que no sepa reconocer sus errores”, “en tanto sea una persona autoritaria no puede ser mi pareja”, “nunca voy a aceptar alguien mentiroso como pareja”, “si hubiese un maltrato va a ser el primero y el útlimo”. . .
  • Muchas facetas que no gustan del otro van a estar en el nivel de lo negociable. Aquellos rasgos que se quieren presentes, o que no estén o que cambien, no obstante pueden ser tolerados en tanto el otro no pueda modificarlos. Acá el planteo de cambios da paso a intercambios en donde cada uno verá que cede.
    Estarían en el orden de los “me gustaría”, “prefiero”, “sería bueno”, “ojalá” . . .  una producción de psintegra

 

La comunicación en la pareja

La comunicación existe siempre, es propia de toda relación. Destacamos la necesidad de verbalizar, por que de no lograrlo igual uno comunica de muchas otras formas que suelen no ser tan claras (gestos, tonos de voz, actitudes, silencios. . .). El otro no está preparado para adivinar.
Poder tener un espacio de diálogo en donde los temas engorrosos puedan ser tratados en forma clara, sencilla y honesta, es fundamental para poder construir la pareja que uno quiere.
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Las espera de los cambios que se quieren del otro suelen ser trasmitidos o no.
No corresponde y es insano no comunicar aquello que molesta, es una responsabilidad hacerlo, como así mismo es un derecho el saber que está queriendo modificar el otro de uno mismo. Cuando ello no sucede es por la carencia de esos espacios de comunicación.

Crear las vías necesarias de comunicación indica que cada uno esté dispuesto a hacer cuestionamientos en forma directa, tranquila y desde las necesidades personales (como decíamos más arriba). Indica que cada uno esté dispuesto a escuchar esos planteos sin estar a la defensiva y poder responder a ellos sin desviarse por la tangente. Indica que ambos sean flexibles y puedan intercambiar las disidencias al respecto, para poder llegar a acuerdos sobre si esos cambios son posibles o no y que hacer para resolver.
En la pareja hay confrontaciones donde no es necesario redondear con un acuerdo mutuo o conclusiones. Entendemos que cuando se trata de cambios innegociables sí hay que acordar; hay que concluir (en una o varias charlas) sobre si ellos son posibles o no. Quien reclama un cambio tiene que comunicar en forma clara y precisa si el cambio lo necesita en forma indeclinable, se tiene que acordar, se tiene que saber si ese cambio es posible, si no lo es estamos frente a un grave problema de pareja.

Violencias en la pareja

Encontramos a menudo pedidos agresivos y destructivos de cambios o bien violencias expresadas como pedidos de cambios.

Violencias cotidiana

Pedidos de cambios realizados todos los días o en determinadas situaciones fijas, esas reiteraciones de necesidades o deseos resultan ser tan torturantes como la gota que cae en la cabeza a ritmo fijo. Horadan, socavan y asfixian. Hacerse cargo de esta demanda conlleva entrar en una inútil búsqueda de un cambio que que se va haciendo cada vez más incansable.    Es una producción de psintegra
Por ejemplo, cuando el pedido de cambios “estéticos” toma esta frecuencia cotidiana o en ocasiones fijas como ser las sexuales, llega a ser un verdadero tormento, además que lleva implícito que es más importante el cuerpo o la imagen que la persona.
Como broche este modo de relacionarse suele desembocar en amenaza implícita o explícita de infidelidad y/o abandono.

Violencia encubierta de pareja

Dentro de la regla básica “es imposible no comunicar”1, los pedidos ocultos de cambios se trasmiten de una u otra forma. 

Estamos tomando los conceptos de Violencia Invisible en las Relaciones de Pareja del Lic. Alberto Gonzales

En tanto los cambios requeridos sean:

  • de ambos hacia ambos,
  • necesarios, no negociables, imprescindibles,
  • sin la correspondiente trasmisión verbal, no se blanquean,
  • de aspectos esenciales de cada uno, quieren cambiar al otro característica tan centrales que no lo va a poder lograr sin dejar de ser quien es,

estamos, entonces, frente a una lucha a muerte y sin cuartel.

Es un intento de producir cambios que atentan contra la identidad de cada uno, día a día se libran batallas en pos de ello, como saldo se esperan enfermedades físicas y/o psicológicas en algún miembro de la familia.

Me gustás, pero no me gustás

Cuando los cambios que que se quieren lograr del otro abarcan una gran cantidad de aspectos se está buscando otra persona para pareja, hay que buscarla en otra parte, esa persona no lo es.
Intentar direccionar la vida del otro es violento e insano. Es una producción de psintegra
El mensaje encubierto de esta modalidad es “te quiero a vos pero con todo distinto” y deja al otro envuelto en una paradoja paralizante, sin salida.

Mi pareja no me entiende

No hay persona en el mundo que nos pueda entender totalmente o en todo momento, la pareja tampoco lo puede. Hay situaciones en la vida en que se está en absoluta soledad, esto es así aún en vínculos muy importantes, pareja incluida. No es falta de comprensión, todos tenemos incapacidad de entender a algún otro en determinadas circunstancias personales y particulares, por más pareja que sea.
Hay situaciones en las que se espera algo determinado de alguien y sin embargo actúa muy distinto, a veces en forma opuesta. Pedir o esperar que cambie esas actitudes es pedir un imposible.   Es una producción de psintegra
Ejemplo de esto es la muerte de un progenitor.
Estamos hablando de circunstancias especiales, en caso que esto sea un desentendimiento generalizado y habitual es otra cosa.

También encontramos supuestas faltas de comprensión cuando se espera que cubran necesidades que no se han pedido. El otro puede darse o no cuenta, por lo tanto la forma adecuada es trasmitir lo que se quiere, más aún cuando de la pareja se trata.
- “Mi pareja no entiende que en el acto sexual a mi me gusta que . . .
- “¿Se lo trasmitiste?
- “¡No, tiene que darse cuenta!
¡Por ser pareja no ejerce el arte de la magia!.
Pedido de cambio absurdo, reclamar que el otro entienda sin que haya un pedido explícito.
Aún cuando sea evidente no tenemos por que suponer que se “debería saber”.
Eso sí, cuando se pide algo lo atinado es hacerlo una o dos veces, no muchas más, asegurarse que el pedido fue escuchado y esperar una respuesta. Es pedible que cuando la pareja escucha un pedido responda que le pasa con el mismo.

En tanto la pareja no responda pedidos de cambios u otros, sí, podemos hablar de un desentendimiento que merece ser tratado. El entendimiento no pasa por acceder a todo pedido, ni siquiera pasa por entender por que se pide tal o cual cosa, muchas veces no se logra captar los distintos porqués, el entendimiento pasa por saber cual es el pedido y responder por positivo o por negativo.

El pasado de mi pareja

Reproches, críticas y censuras reiteradas sobre el pasado, estamos antes pedidos de cambiar lo que ya fue. Algo más imposible es imposible.

Eso de “tu pasado te condena” con la pareja no va, es necesaria la aceptación y sin reclamos de lo hecho anteriormente.   Es una producción de psintegra

A quien es hoy la pareja se la conoció y acepto con su historia.
La necesidad de demandar constante por lo que se hizo y por lo que no se hizo tiene sus causas: desconfianza, no dar posibilidades de cambio, no creer que esta relación supera todo lo anterior, desacreditación propia. . . pueden ser muchas cosas más, lo básico es que este es un comportamiento a cambiar.

El egoísmo en la pareja

Hay que considerar a fondo los pedidos en cuanto a que el otro deje actividades en pos de la pareja.
En estos casos para evaluar adecuadamente estas posibilidades es necesario discernir entre egoísmo y defensas de espacios y actividades personales. Estos pedidos pueden ser del tipo acaparador en donde no se admite que la pareja tenga sus propias actividades, o bien reclamar más intimidad de la pareja cuando ella se ve lesionada por actividades del otro.
Por ejemplo, es muy distinto “tenés que dejar a tus amigos, la pareja es más importante” a “no estoy de acuerdo con que todos los viernes te reúnas con tus amigos, esto nos saca la posibilidad de poder disponer de un viernes para nosotros”. Es insano pretender que se dejen actividades, espacios y relaciones personales por la pareja, otra cuestión es pedir un cambio en ellos en tanto se crea que debilita la relación, esto último es tema de reflexión para llegar a acuerdos.  Es una producción de psintegra

Veamos cuando hay una negativa a aceptar esos cambios, siguiendo los ejemplos anteriores, la persona puede estar resguardando su vida individual o bien puede no querer abandonar o postergar nada en función de la pareja y vivir como si la misma no existiese.

Lograr cambios en la pareja

Es saludable un entendimiento claro acerca de que espera cada uno del otro, que está dispuesto cada uno a cambiar según esas esperas y que tipo de pareja se quiere. Esto es posible en tanto se tengan y refuercen constantemente las vías de comunicación para poder debatir sobre necesidades y esperas. En tanto se le pueda trasmitir tranquilamente al otro que es lo que espera de distinto y el otro pueda escuchar tranquilamente surge la reflexión conjunta para llegar a acuerdos. Reforzamos que los planteos y replanteos sean tranquilos para diferenciarlos de los enojosos, como si uno atacase y el otro se defendiese, esto es la mejor forma de cerrar paso al dialogo y con ello al bienestar de la pareja. El poder intercambiar y disentir sobre los cambios que se quieren en el otro y de la relación abre las puertas para que en cada crisis se encuentren nuevo caminos para la pareja.   Es una producción de psintegra

Es insano no llegar hasta las últimas alternativas en cuanto a poder o no producir los cambios necesarios. En los casos que se convenga en acuerdos por causas ajenas a lo que cada uno realmente puede y quiere la enfermedad acecha, causas como ser: temor a perder la pareja, quedar bien, miedo a las peleas, el que dirán (¡sea quien sea!), miedo a hacerse mala-sangre, no sólo no justifican sino que además son altamente dañinas.

Etapa nueva, recontrato de pareja

Las nuevas etapas de la pareja están basadas en la renegociación de los términos de la misma, cada nueva etapa que se abre requiere nuevas reglas del juego con pertinentes cambios en ambos (ver crisis de pareja), luego de las crisis que indica cada nueva etapa se vuelve a elegir esa pareja.

A partir de mediados del siglo pasado se abrieron nuevas instancias para las renegociaciones en las parejas, nos hemos liberado del yugo que significaba estar atado para siempre a una pareja, aunque ella signifique la destrucción uno o ambos. La posibilidad de no estar atado para siempre a una pareja abre un camino de libertad, ante una crisis el uso de esa libertad significa replanteos, cambios requeridos, cambios acordados y realización de esos cambios, la libertad bien usada significa moverse libremente en esos cambios sabiendo que no se está atado de por vida al otro, sabiendo que no es neceariamente la muerte la que los va a separar, que la separación puede darse en tanto y en cuanto no puedan resolver los cambios necesarios para vivir bien.   Es una producción de psintegra
Salir de ese yugo indicó meterse en otro, la separación al menor contratiempo. Acabar con la relación antes de defenderla lo máximo posible es un nuevo yugo, un nuevo mandato vino a regir a las parejas, es como si se estuviese obligado a abandonar una lucha antes de comenzarla. Vamos en camino a una etapa que pueda sintetizar ambas: la defensa de la pareja y el no pasar por alto los problemas importantes, las ganas de cubrir las esperanzas de estar para siempre al lado del ser amado con quien se ha comenzado la pareja y el saberse libre de terminarla si la misma se vuelve sufriente y sin atisbo alguno de solución.

Hay etapas especiales donde el quiebre innecesario se produce cada vez más a menudo. Al producirse una crisis lo esperable es que cada uno ya no esté de acuerdo con aspectos del otro, por más que lo haya elegido así, o bien que hayan surgido nuevas u ocultas necesidades, también suele suceder que aquellos cambios requeridos en otros momentos se tornan ahora imprescindibles. . .

Ejemplos de cambios requeridos al pasar a otra etapa:

El noviazgo, pasar a nuevas etapas de compromiso está signado por hacerse cada vez más responsables en el sostenimiento del bienestar conjunto. En tanto se está sin pareja uno se responsabiliza de sí mismo, formando una pareja con visos de futuro, que va perfilando un proyecto conjunto comienza el hacerse cargo de que esa relación sea saludable y gratificante y por lo tanto resulte ser un apoyo a la evolución personal de cada uno.   Es una producción de psintegra

  • En el comienzo de la pareja. Luego del enamoramiento viene la etapa de conocerse en realidad, cuando pasa el tiempo en que se está por las nubes y con las mariposas en el estómago comienza la etapa con los pies en la tierra. Dure lo que dure la idealización del otro, por más hermoso y maravilloso que sea, es indefectible (y sano) que acabe y se comience a ver realmente quien es quien, con los consecuentes deseos que cambie lo que no gusta. Las diferencias entre lo que se vio en la otra persona y lo que ahora muestra es plausible de ser tratado, no es adecuado que se pugne en silencio por lograr los cambios hacia lo que se ha vivido en los tiempos del enamoramiento.
  • El comienzo de los proyectos. Requiere cambios personales el comenzar a planificar el futuro consensuadamente, por decisión de ambos, los propios placeres y necesidades comienzan a ser determinados, también, por alguien a quien se elije para que acompañe a caminar por la vida.
  • El conocer a las familias de origen. Es indispensable que desde el momento en que se va a conocer a la familia de la pareja, se haya formando una alianza muy férrea entre ambos para que nadie se meta en el medio.
  • La convivencia. Aún cuando esta sea una prueba o decidan no formalizar legalmente la unión, el hogar conjunto comienza, con ello comienza el sostenimiento en forma equitativa y justa de todo lo que significa mantener un hogar.
  • . . .


La crisis del primer hijo, al pasar a ser tres los movimientos necesarios en la pareja son radicales, en tanto esos cambios no se den el distanciamiento logra la posterior separación, innecesaria en tanto que, si se hubiesen sabido, charlado y resuelto los cambios adecuados, la pareja podría haber pasado a las nuevas etapas en forma disfrutando y plena.   Es una producción de psintegra

Alrededor de los 20 años de pareja, cuando el ciclo vital lleva a que queden nuevamente solos por la evolución de los hijos. Tomar el toro por las astas en este momento implica enfrentar una buena cantidad de temas, con los primeros indicios de esta etapa hay que ir planteando el cambio a fin de que la pareja no se rigidice más y decrete su propia muerte.   Es una producción de psintegra

  • La intimidad del comienzo a cambiado radicalmente con la presencia de los hijos. Cuando ellos comienzan a hacer su vida independientemente, cada vez más vuelven los momentos de estar solos. Es una etapa para recrear la intimidad, las charlas, las actividades conjuntas. . . Muchas parejas en vez de disfrutar del “al fin solos” no saben que hacer juntos y buscan con quienes unir las soledades, si bien es una etapa para un reforzamiento de las relaciones sociales no es adecuado perderse en ellas como pareja.
  • En una pareja de larga data siempre se acumulan diferencias que se dejan pasar por alto sin blanquear o sin resolver en pos de la educación de los hijos. Llegó el momento de poner sobre la mesa los desacuerdos para ver que se hace con ellos. Cuando los hijos están siendo aún educados algunos cambios requeridos mutuamente quedan en segundo plano, cuando comienzan a convivir nuevamente solo esas diferencias se pueden hacer insostenibles y es adecuado prevenir, darles el trato necesario antes que ocasionen quiebres.
  • En el transcurso de tanto años cada uno ha cambiado según fue su historia personal. En estos momentos es inadecuado suponer que se conocen muy bien por estar tantos tiempos juntos, es más, muy posiblemente se desconoce del otro aspectos fundamentales, hay características que se producen o se refuerzan pasando inadvertidas cuando hay terceros. Es momento de re-conocer (volver a conocer y mejor que nunca) a la pareja, llegó el tiempo de estar solos nuevamente y con una maduración interesante, es momento de ver mejor quien es la pareja de uno.
  • Hay grandes posibilidades que los disensos se hayan resuelto con la intervención de terceros, hijos, padres de los amigos de los hijos, padres y suegros propios, etc., ahora llegó el momento de construir los recursos para debatir sólo entre ambos los desacuerdos.
  • La recreación de la sexualidad, posibilidad muy interesante que hace sabrosa la vida.
Si haces lo que siempre has hecho,
obtendrás los resultados que siempre has obtenido"
Albert Einstein

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Psicología Integradora
Equipo multidisciplinario
Capital de Argentina
4632-0441

1 De Paul Watzlawick [1921-2007], estudioso, investigador, escritor y hacedor de importantes avances, entre otras, en la Teoría de la Comunicación, como así también de las teorías y prácticas de la psicoterapia familiar.