Psicoterapia Integradora

Introducción

Al método terapéutico integrador por excelencia lo llamamos investigación conjunta. Formamos con el paciente – persona, pareja o familia – un conjunto que trabaja a partir de los datos reales del asistido, vamos desentrañando cual es la realidad con la persona, sin sacar de la galera, ni de los libros, ni de otras personas las interpretaciones. Los libros y la experiencia nos sirven de guía y para cotejar los datos que surgen de cada sesión.

Los objetivos básicos de la psicoterapia integradora es el logro de la autonomía y libertad correspondiente a cada edad. Esto es necesario para resolver los síntomas o motivos de consulta en forma efectiva y poder así lograr el bienestar personal y familiar.

Hemos dado en denominar Psicología Integradora a nuestra línea, a partir de 1991, en tanto partimos de una cosmovisión del ser humano como una totalidad integrada (ver en las secciones “Salud” y “Marco Teórico”), por lo cual los tratamientos psicoterapéuticos deben tener en cuenta el conjunto de los aspectos que integra la persona y las problemáticas particulares y causales de los síntomas. De todo esto depende el uso de herramientas y técnicas psicoterapéuticas de otras líneas como ser pichoniana, sistémica, psicoanalítica, gestáltica, neurolingüística...

Resolver los síntomas que convoca a la persona a la psicoterapia implica trabajar con aspectos personales y familiares que lo están provocando. Este trabajo excede y trasciende al trabajo focalizado solamente en el síntoma. La persona no es un síntoma caminando, indica respeto a la misma tratarla en su complejidad y circunstancias.

El tiempo adecuado para modificar es particular, no puede tener un mínimo, y su tiempo máximo no debe exceder las necesidades reales de cada persona. Cabe en la persona del psicoterapeuta evaluar aproximadamente cuanto será la duración de cada terapia, esto no puede quedar al albur ni ser algo indefinido.

Al ser humanos, por suerte no somos máquinas, contamos siempre con imperfecciones y contradicciones. Realidad que nos obliga a trabajar con técnicas adecuadas para no caer en contradicciones entre lo teórico y la práctica psicoterapéutica, de lo contrario estaríamos reforzando la enfermedad. Coherentemente con nuestros postulados básicos no creamos ni reforzamos la dependencia de la persona con el terapeuta, para ello contamos con las herramientas adecuadas.
La persona asistida tiene que ir adquiriendo, con la guía profesional, cada vez más independencia, cada vez más autonomía de la psicoterapia, hasta su alta.

Consideramos obligación del psicoterapeuta tener una posición respetuosa y no sometedora, ser capaz de entablar con el asistido un contacto humanizado, sencillo, igualitario y diferenciador.
La persona asistida es dueña y conocedora de su historia, tiene el derecho de elegir por sí misma su estilo de vida y el proyecto personal. El psicoterapeuta tiene que tener los conocimientos sobre los fenómenos psicológicos, las técnicas específicas adecuadas y la facultad de trabajamos en conjunto con el paciente pudiendo ejercer a la vez la conducción psicoterapéutica.

A nuestro criterio estos son algunos puntos a tener en cuenta cuando se acude a psicoterapia. Especial tener en claro el respeto que uno se merece como persona y no aceptar posturas profesionales dominantes.