La cura
De que hablamos
cuando hablamos de cura
13 al 16 de noviembre de 2003. Buenos Aires Argentina
Organiza Universidad popular Madres de Plaza de Mayo
Modalidad de presentación: Cursos/Seminarios, 4 horas.
Por equipo interdisciplinario de Psicología Integradora:
Lic. Marta Chiarelli, psicóloga.
Dra. Susana Kleiban, psiquiatra – sexóloga.
Dra. Silvia Makler, abogada – psicóloga social.
Lic. Fabiana Porracin, psicóloga – antropóloga.
Lic. Mariano Guerschman, psicólogo.
Lic. Emilce Braverman, psicóloga.
Lic. Silvia A. Lopez, psicóloga – geógrafa.
Propuesta
En el presente curso vamos a desarrollar nuestro concepto de cura partiendo del siguiente supuesto:
La cura es posible en tanto y en cuanto no se reproduzcan en la terapia los mismos modos dominantes y abusivos de relacionamientos que imperan en la sociedad. Estos factores son - entre otros - relevantes en la determinación de la enfermedad. Tenemos como objetivo contribuir con nuestro enfoque a una metodología coherente con la concepción de que la cura, como finalidad psicoterapéutica, va más allá de la desaparición del síntoma, este movimiento es necesario pero no suficiente. La salud psíquica como derecho humano implica no solo la resolución de síntomas y conflictos, sino también – entre otros - la autodeterrminación.
Expondremos cómo, a nuesto criterio, la ideología del poder se filtra en intervenciones terapéuticas, produciendo como consecuencia una gama de efectos que van desde la inoperatividad hasta iatrogenia.
En la búsqueda de aportar a postulados de salud en el sentido que la persona sea dueña de sí misma, va acá nuestra propuesta.
Introducción
Es también intención de este trabajo ver por que se reproducen en los ámbitos psicoterapéuticos los mismos patrones de relacionamiento que se observan en la familia y en la sociedad.
Para ello partiremos de la afirmación que de la ideología del poder se filtra en las intervenciones psicoterapéuticas produciendo como consecuencia una gama de efectos que van desde la inoperatividad hasta la iatrogenia.
Para tener mas en claro este postulado vamos a revisar los diferentes conceptos teóricos que son constitutivos de esta temática.
Veamos primeramente que es una ideología: la ideología es un sistema de represemtaciones a partir de las cuales los hombres dan cuenta de su experiencia, la reflejan e interpretan.
La ideología que junto a la política, la religión, la ética, las leyes, etc. forma parte de lo que se denomina superestructura, tiene como base una estructura o sistema de relaciones de producción (estructura y superestructura forman un sistema económico).
¿Que subyace a la ideología del poder? Subyace un sistema de relaciones de producción que divide a la sociedad en clases antagónicas y a los hombres en dominadores y dominados.
Sabemos que el aparato psíquico se conforma por la internalización y recreación única, subjetiva y personal de las relaciones sociales, mediatizadas por la pareja parental desde la mas temprana infancia.
Es necesario por lo tanto abordar el concepto de familia.
La indagación histórico antropológica instituye un espacio teórico que permite indagar la estructura y dinámica del grupo familiar, a la vez que permite un análisis concreto y situacional que aborda a cada grupo familiar en su aquí y ahora y en relación con un contexto que la determina, teniendo en cuenta su historia y la formación social en la que esa familia se ha constituido.
Esta segunda perspectiva investiga a la familia como estructura socializdora, vehiculizadora de normas y sistemas sociales de representación, apareciendo aquí entonces en su carácter de mediadora entre el sujeto y la organización social. Se analizan aquí los sistemas de status y roles en la familia, las relaciones de poder y las modalidades conque la estructura familiar refleja las contradicciones de la organización social que la determina.
Hay un tercer nivel en el cual la organización familiar es objeto de indagación en cuanto matriz de relaciones, red de vínculos, sistema de interacción en que los sujetos se encuentran recíprocamente.
Desde esta perspectiva podemos decir que la estructura familiar puede visualizarse como determinada por el contexto social y va a ser definida a la vez como deteminante de la conducta del sujeto, conducta que solo tiene coherencia y significación en relación a ese contexto grupal.
Podemos decir entonces que tanto el individuo como la sociedad están socialmente mediados, esto significa que la familia aunque mantiene una autonomía como organización esta determinada principalmente por factores sociales.
Por lo tanto se desprende que las estructuras y transformaciones de la familia derivan directamente de las estructuras y transformaciones de la sociedad.
En nuestra cultura y en función de las relaciones sociales dominantes no se incluye como parte del proceso formativo la problematización de los modelos de aprendizaje y patrones de relacionamiento, en cuanto al contenido de los mismos.
Pero al mismo tiempo hay ciertos momentos en los que puede introducirse la ruptura y problematización y por ende surge el cuestionamiento de los modelos aceptados hasta entonces.
Dichos momentos se producen cuando una situación de crisis personal o social quiebra la coherencia interna de una estructura, movilizando además la forma hasta aquí vigente de la relación sujeto-mundo, poniéndola en cuestión. La situación de crisis rompe la familiaridad encubridora con nuestros modelos internos de aprendizaje y vinculo, inaugurando un espacio interior para revisarlo, la relación con el otro se transforma así en objeto de interrogante y se abre desde una reflexión critica la posibilidad de nuevos patrones de relacionamiento, de nuevas formas de vincularnos con el otro. Se abre así también la posibilidad de inaugurar el espacio terapéutico.
A modo de introducción nos parece pertinente explicitar la cosmovisión y marco teórico amplio desde donde partimos en el trabajo psicoterapéutico.
Con 10.000 años de historia en los que las relaciones entre los hombres se basan en reglas del juego del sometimiento, somos todos hijos de esta cultura individualista, competitiva, del vale todo de la ley de la selva.
Pensamos que el momento actual, resultado de la contraofensiva abusiva del neoliberalismo conjuntamente con modelos ideológicos culturales a escala mundial nos enfrenta doblemente con:
- Patologías mentales cada vez más graves, resultado de la violencia socio-cultural.
- Una sistemática, profunda y gravísima penetración ideológica que ha producido en gran parte de la población –incluyendo profesionales de la salud mental- espejismos, acallamientos, silenciamientos, adormecimientos de capacidades y posicionamientos críticos y cuestionadores que posibilitarían discriminar esencias de apariencias.
Entendemos al psiquismo como resultado del proceso dialéctico entre bagaje biológico heredado, funciones psíquicas y medio – predominantemente sociocultural-, interrelacionándose en permanente y mutuo cambio desde el nacimiento; dando paso a una nueva organización: la unidad biopsicosocial.
El aparato psíquico se conforma por internalización y recreación única, subjetiva y personal de relaciones sociales, mediatizadas por la pareja parental[1], desde la más temprana infancia, desde el nacimiento hemos interanalizado esta célula de relacionamiento mediatizada por la pareja parental humana y sostenida por las diferentes instituciones a medida que avanza la apertura y salida social del individuo.
Es por ello que el presente momento histórico requiere cada vez más un posicionamiento teórico-clínico crítico a la hora de adherir a marcos, herramientas y estrategias terapéuticas. En este sentido debemos analizar:
- ¿Qué concepto de ser humano subyace en los diferentes marcos teóricos y en cada terapeuta?
- ¿Qué concepto de Salud Mental promueven?
- ¿Operan concretamente las terapias en el sentido de propiciar la autonomía y libre determinación de la persona?.
Concepto de cura
Sin desconocer las distintas nosologías consensuadas, operamos a fines diagnóstico, pronóstico y terapéutico con los Parámetros de Salud de Psicología Integradora, nos resultan altamente productivos en el objetivo de curar. Devienen de un marco teórico cuya bibliografía básica pueden encentran en:
González Rey, Fernando: “Psicología de la personalidad”.
- Di Stéfano, A.: Psiquismo humano, origen y estructura, Buenos Aires, Ediciones Cientec, 1978
- Sorín, M.: El hombre y su psiquis, Buenos Aires, Editorial Axioma, 1975
Berdichevsky, F.: "Investigación psicológica clínica de la personalidad", en Diagnóstico psicológico y psiquiátrico, Buenos Aires, Helguero Editores, 1983
- Chiarelli, M: varios en este mismo portal especialmente: en Marco Teórico y en Salud en "El todo que somos" y "Salud Psintegra "
- Flexibilidad
- Creatividad
- Cualidades Básicas de la Personalidad:
- Identidad
- Individuación
- Discernimiento
- Integración
- Sentido de Vida
- Motivos
- Guiones
- Mitos y Dogmas
El objetivo terapéutico por la salud mental se puede resumir en que nuestros pacientes "dejen de ser lo que no son, para ser quienes son". Tenemos como eje de trabajo la adquisición de la autonomía, de niveles cada vez mayores de autoconocimiento, de autodeterminación, de conocimiento de las relaciones que dañan y las necesarias rectificaciones cognitivas, afectivas y volitivas que puedan reflejarse en la praxis cotidiana.
La labor del psicoterapeuta como agente de Salud Mental no puede ser sostenida al margen del trabajo dentro de un equipo interdisciplinario en el que se debatan estas arenas en forma constante. Una realidad tan compleja como la psíquica no puede ser comprendida excluyentemente como problemática individual, aunque la práctica concreta en sí pueda desarrollarse en la soledad de un consultorio, la formación del profesional y su abordaje clínico deben resignificar siempre el contexto social imperante.
Artículo 4 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
El sufrimiento psicológico es un nombre de la esclavitud psicológica, de múltiples formas de sometimiento, despersonalización, enajenación, alienación mental que obtura deseos y necesidades propias, lo que resulta funcional al sostenimiento del modelo dominante.
y sólo por eso pueden resultar peligrosas.
Plantean problemas reales y los tergiversan,
tratando de arrastrar así a la gente honesta en una dirección torcida.
La respuesta adecuada, esencialmente progresista,
no consiste en negar la problemática,
sino en enfrentar y corregir la tergiversación..."
Alfredo Bauer
Si elegimos como terapeutas el compromiso de trabajar desde nuestro ejercicio profesional en pos de la salud mental de la población debemos entender que:
Tanto la “apología” del no diagnóstico como el rótulo encasillador actúan sometiendo a la persona a considerarse a sí misma y a ser considerada como un sujeto aislado del contexto social en que se encuentra.
El síntoma es un punto de una espiral que contiene el personal encadenamiento de experiencias interiorizadas a partir de una pluricausalidad de fenómenos y hechos que comienzan a darse desde el nacimiento, momento desde el cual formación social e individual se interpenetran dialécticamente.
Psicoterapeuticamente lo abordamos y focalizamos en mayor o menor medida de acuerdo a cada particularidad, dependiendo ello de la gravedad y grados de inhibición que pueden llegar a una paralización parcial o total de la persona.
Forman parte de ese conjunto de factores que lleva al síntoma distintos patrones de relacionamiento patógenos, vivencias, deseos, esperas, una multiplicidad de hechos que conforman -lo que hemos denominado- contenidos conscientes y contenidos inconscientes directos e indirectos, impregnando, condicionando, inhibiendo los parámetros de salud a los que nos hemos referido anteriormente.
La cura debe enmarcarse en la creación de un contramodelo opuesto al de dominación. El trabajo concreto con el paciente introduce la necesidad de definir el malestar o problema que lo convoca a la psicoterapia, contextualizando familia nuclear, de origen, grupos de pertenencia, contexto social restringido y amplio, pasado, presente y proyecto personal.
Patrones de relacionamiento patógenos
La violencia socio-cultural que se ejerce en las relaciones contractuales entre clases sociales y un conglomerado de instituciones que operan como legitimadores de esa violencia: desde la plusvalía a los sistemas de represión militares-policiales pasando por la manipulación del sistema educativo (por distorsión o exclusión de contenidos y sectores) hasta los medios masivos de comunicación, es también una violencia que, como control social deja su impronta en la personalidad.
Teniendo en cuenta al ser humano como una totalidad biopsicosocial estos patrones son gravemente patógenos en la medida que sean persistentes en forma cotidiana desde la cuna, con especial pregnancia en los primeros años de desarrollo, ya que se internalizan especialmente vía “Contenidos Inconscientes Directos”.
Son facilitadores de patología mental, desde el modelo social sometedor avasallando los derechos humanos devastando la personalidad. Estas formas de relacionamiento son sostenidas tanto en familias como en psicoterapias produciendo más de lo mismo.
Entre los más relevantes hablamos de:
- Abandono afectivo
- Abandono físico
- Alteraciones en la comunicación
- Arbitrariedad
- Autoritarismo
- Coalición
- Desamparo
- Descalificación
- Desconfirmación
- Desprotección
- Desvalorización
- Endeudamiento
- Especulación
- Imprevistos como constante
- Gatopardismo
- Laissez faire
- Paradojas
- Relativismo absoluto
- Secretos a voces
- Traiciones
- Violencia abierta y encubierta
Tratamientos
tiene que vencer por lo menos cinco obstáculos:
Deberá tener el valor de escribir la verdad, aun cuando sea reprimida por doquier;
La perspicacia de reconocerla, aun cuando sea solapada por doquier;
El arte de hacerla manejable como un arma;
Criterio para escoger a aquellos en cuyas manos se haga eficaz;
Astucia para propagarla entre estos...”
Bertolt Brecht
Nuestra propuesta parte del compromiso ético de no reproducir como terapeutas las mismas modalidades de dominación desde el lugar del poder-saber.
Este compromiso debe ser asumido con coherencia por los integrantes del equipo. El trabajo conjunto entre médicos psiquiatras, psicólogos y demás profesionales de la salud que comparten un mismo tratamiento, cuando este así lo requiere, indica minimamente las siguientes pautas.
- En la confección de la historia clínica del paciente el psiquiatra debe controlar que no esté recibiendo medicación de tipo psiquiátrica administrada por otros colegas ya que cada vez es más frecuente que médicos clínicos, cardiólogos, sexólogos, odontólogos, etc mediquen por su cuenta y sin ningún criterio, ansiolíticos, tranquilizantes antidepresivos, sin siquiera constatar si en otro medicamento que ya esté tomando no tenía incluido la misma droga y, lo que es peor sin considerar el peligro de las interacciones medicamentosas. Por otra parte solamente el especialista puede hacer los diagnósticos adecuado para no producir reacciones adversas, paradojales, etc.
- El paciente debe ser considerado desde una visión integradora, esa persona no es un hígado que duele, ni un corazón taquicárdico, ni el calculoso de la cama 17. Tampoco es ese "don nadie al que por no encontrarle patología orgánica los colegas comentan: "Che este no tiene nada, ¿no te parece que habría que mandarlo al psiquiatra ?.
- La fragmentación de la medicina en ultra especialidades está al servicio de los intereses de los grandes laboratorios que además de enormes dividendos "colaboran" para que nos tranquilicemos y olvidemos que por ahí era saludable enojarnos.
- Se debe estar muy atento a síntomas psicológicos que puedan enmascarar enfermedades orgánicas.
- El médico psiquiatra debe exponer claramente a los integrantes del equipo el porqué de la medicación administrada, sus posibles efectos colaterales y consensuar permanentemente el rol del psicofármaco dentro de cada tratamiento.
- Se debe estar atento para poder implementar redes familiares, con a migos y/ o acompañantes terapéuticos en caso de tener que realizar una internación domiciliaria, muchas veces más apropiada que una internación institucional.
- El especialista en psiquiatría debe ser conocedor de todos los recursos terapéuticos ya que existen alternativas a la medicina tradicional que, rescatando ese protagonismo del paciente son más saludables.
- En caso de que el paciente sea atendido por otros especialistas, principalmente psiquiatras y neurólogos, es adecuada la interconsulta.
- Las funciones del acompañante terapéutico son las de coterapia, teniendo que focalizar sus intervenciones de acuerdo al plan terapéutico y formar parte del equipo al nivel de intercambio profesional.
Vamos a ver más acabadamente con ejemplos clínicos nuestra propuesta.
Vamos a plantear algunas modalidades de trabajo que no operan en el sentido de la salud, estas pueden ser consecuencia tanto de marcos teóricos, cosmovisiones o epistemologías, así también como del implemento de técnicas, o bien equivocaciones, todos ellos se relacionan con manipulaciones que tienen que ver con someter al paciente, sea individual o vincular el tratamiento.
Nos parece pertinente acotar que “aún siendo terapeutas” “aunque parezca mentira” estamos formados en los mismo códigos y valores de la misma sociedad y los patrones de relacionamiento patógenos no nos son ajenos, es por ello que el replanteo y cuestionamiento debe ser constante, es una responsabilidad ineludible del profesional de la salud mental.
No descontamos en ningún momento las subjetividades o falseamiento, por parte del paciente, sobre las intervenciones terapéuticas. Las precauciones que hemos tomado es constatar en:
- distintas sesiones
- la consonancia entre motivo/s de consulta de ese tratamiento, la duración del mismo y el estado personal del asistido al finalizarlo.
- distintos ejemplos que indican el mismo tipo de modalidad de comunicación.
Con lo cual se disminuye el riesgo a error de cualquier tipo en la compilación de estos datos.
Sonia
5 años de psicoterapia individual con la terapeuta de su pareja, desde hacía otros 5 años.
La paciente pedía complementar los tratamientos individuales con sesiones de pareja ante lo cual la respuesta de la terapeuta era positiva, sin haberlas llevado nunca a cabo.
- Se infiere una prohibición de contacto con su familia de origen a partir de:
Al comienzo le programa visita y tiempo de los encuentros, con prescripciones coartantes de la libertad de la persona y su familia como “no le llevas plata le compras un pollo” siendo ordenes sin que medie la reflexión acerca de que se trata.
Cualquier contacto con la familia de origen era valorada como retroceso.
- Constante justificación de conductas altamente agresivas y manipuladoras de su pareja.
En hechos como que aparezca mancha de semen en sábanas (que compró y estrenaba seductoramente con ánimo de retomar la sexualidad), normalizaba diciendo “eso no es nada a mi me pasó . . . “
Cuando reaccionaba a evidentes acercamientos sexuales con otras mujeres, desde miradas eróticas hasta apoyarse en ellas en el trabajo, escuchaba –de su terapeuta- cosas como “no es así, vos ves estas cosas para boicotear a la pareja”
“Es un chico bueno”
“No es un chico infiel”
Por haber sido interpretada de boicot a la terapia por haberse enojado al encontrar fotos de mujeres desnuda en riñonera de él plantea dejarla, siendo en esta oportunidad la indicación terapéutica “vos tenes que seguir psicoterapia para ayudar a este chico”
A los 2 meses vuelve a plantear dejar psicoterapia por no tener recursos económicos, siendo la conclusión psicoterapéutica: “dejas terapia por que yo te doy permiso”.
La última llamada que realiza la terapeuta a Sonia es con el teléfono celular que a grandes rasgos fue esta:
- “Hola Sonia, el trabajo que hiciste quedó muy lindo”
- “Hola!,¡que bueno!, ¿te gustó?.
- ...
- “Ahora estoy encerrada en un ascensor, estoy desesperada (voz pertinente), no me escucha nadie”.
- ¨¿Como? ... ¿que?... ¿¡qué puedo hacer!?¨
- ¡Clac!. Colgó.
No volvió comunicarse, Sonia lo intentó inmediatamente y no pudo.
Mensaje siniestro que la deja aferrada a su figura. Refiere la paciente que en los meses posteriores en que estaba depresiva sintió constantemente que ambas quedaron atrapadas y encerradas.
Termina la psicoterapia con un estado depresivo del que sale a los 10 meses – tiempo en que solamente sacaba a pasear al perro - para pedirnos un turno.
En este punto tenemos que destacar que al comienzo de la pareja estaba viviendo sola y trabajando bien. Al terminar la psicoterapia de 5 años se encontraba en situación de suma dependencia afectiva y económica con la pareja, sin casa, sin trabajo, sin fuerzas.
En este recorrido iatrogénico en que desde una independencia económica se refuerzan sus aspectos de dependencia afectiva llegando a dejar a la persona totalmente a expensas de otro, en definitiva con mucha mas dependencia afectiva y total dependencia económica, es decir en estado de desvalimiento y a expensas.
Por ello estamos presentando esta historia psicoterapéutica qué, por lógica, presenta una impresionante condensación de patrones de relacionamientos patógenos, por lo menos:
Descalificación
Con prescripciones autoritaristas.
Su psicoterapia es para ayudar “al chico”, con lo que hay descalificación para ambos de la pareja, para ambos pacientes.
No deja la psicoterapia por decisión propia la deja por que ella (la psicoterapeuta) se lo permite.
Desconfirmación
Altamente patógena ya que niega al individuo en su identidad personal.
Muy grave y lo vemos socialmente en la negación de la identidad de hijos, . . .
En esa terapia, por ejemplo, el negar que lo que sucedía con la pareja sucedía así en las confirmaciones como “vos no sos . . . o no, no pasó esto pasó esto otro”.
Arbitrariedad
Enjuiciamiento a partir de escenas narradas, y siempre con veredicto contrario a uno, a favor del que aparentemente ataca y con recursos fuera de toda revisión reflexiva de los hechos.
“Técnicas”, que también constituyen:
Desamparo y Desprotección
Coalición
Desplazar el estado de sometimiento de la familia de origen a la pareja agravándolo y a la familia del mismo, todo a beneficio del “paciente preferido” (entiéndase esto último como: movimientos terapéuticos de supuesta independencia con su familia para ponerla a merced de la pareja).
Paradoja
El último llamado y que por las consecuencias de paralización y todo lo expuesto anteriormente de esta terapia se infiere que era una relación paradojal.
En este llamado:
Habla para agradecer = habla para pedir socorro.
Pide socorro = impide la ayuda.
Además de dejar pendiente, asustada, preocupada y desaparecer es una agresión abierta, que aferra al otro con la bronca.
El estado de bronca, rabia, furia, deseos de justicia, fue impregnando la nueva psicoterapia por un tiempo. Cuyos primeros movimientos fueron:
Se aborda el estado de la pareja conjuntamente con prescripciones hacia que comience a moverse.
Las prescripciones son consensuadas en el sentido que son trabajadas conjuntamente y se acuerda luego de ver su viabilidad.
Se utilizan en las próximas secciones para chequear que cambios personales hay si pudo avanzar aunque sea incompletamente hacia el logro de esos objetivos o bien para ver que la traba en caso que no haya podido poner en práctica nada de lo propuesto, obvio que todo lejos de controlar y valorar las conductas de por si.
A través de unos meses se llega a ver claramente que es una pareja irreversiblemente destructiva y anuladora de su persona.
Esto trabajando con su identidad e individuación conjuntamente con caminos u objetivos de vida que tenían que ver con la búsqueda de determinados tipos de relacionamientos semejantes a los que se sostenían en su familia de origen.
Y rectificando las hipótesis sobre el tipo de pareja con intentos terapéuticos de cambios mutuos en el tipo de relación.
Se acepta que se reconecte con la familia de origen, por que ella quiere y por la concepción de que no se rectifican aspectos patológicos a través de los rompimientos o alejamientos con la familia de origen, estos no son causa sino, en tal caso, consecuencia de los cambios requeridos.
La autonomía es un cambio interno logrado en un desarrollo dialéctico desde el nacimiento, sus falencias, pasando la adolescencia, requiere un proceso dialéctico en que vínculos y particularidades personales van cambiando mutuamente, estos cambios pueden acarrear o no a la vez cambios en los otros.
Estamos contando acá los pasos terapéuticos que dimos para confirmar una vez más la iatrogenia de la anterior psicoterapia, Sonia es una mujer que responde bien a los cambios de recuperación.
Pepa
Realizamos psicoterapia individual y familiar.
35 años.
M.C. Depresión por separación.
Necesidad de elaborar la muerte del la madre.
Problemáticas constantes y recurrentes:
Dificultad a poner límites a los hijos.
Ser avasallada por su ex pareja y en los ámbitos laborales.
Dificultades terapéuticas:
No haberle puesto coto a manipulaciones de horarios y otros de encuadre.
- Conducción Laissez faire. Siendo, además, incoherente con la guía para que logre poner límites a sus hijos.
- Descalificación. De la psicoterapia, con lo que se descalifica a la persona en su búsqueda de misma.
Acude, en un ritmo terapéutico reiteradamente interrumpido, con problemáticas familiares graves.
Familia Blanco
Terapia familiar.
Motivo:
Problemas de los hijos de M y N, P de conducta, agresividad. A de obesidad y angustia. Muchas peleas entre ellos. No aceptación de límites.
Dificultades de integración de P con la nueva pareja de N. Peleas.
Se convoca a colega para compartir experiencias con el equipo por la razón que ya habíamos trabajados, años anteriores, con ellos y entendíamos eran eficaces para manejar las herramientas cotraparadojales.
. Se cometen los siguientes errores:
- Descalificación del equipo = descalificación de miembros de la familia.
Repitiéndose la modalidad materna hacia los chicos identificados. Coordinador y equipo, dueños del lugar, y quienes traen la familia ceden en los hechos la conducción de la psicoterapia familiar al profesional invitado.
Pauta dicho colega que integrantes de la familia que van a participar, el trato económico y la metodología de trabajo.
- Hemos actuado en un como si hubiese un vacío de poder en el equipo.
- Conducción terapéutica laissez faire.
En el afán de integrar nuevas herramientas en el momento que revimos esta psicoterapia al cabo de las 3 únicas sesiones de esa etapa terapéutica nos comenzamos a dar cuenta de que:
Coexistían:
Desde una verbalización y “lugar” democrático exento de poderes y dominancia, por lo cual coincidimos en compartir ese espacio, la dirección de la coordinación, así invertida, era verticalmente rígida hacia el resto del equipo, lo que por extensión el mensaje iba hacia los integrantes de la familia.
Por un lado la equidad y postura humana democrática y exenta de poderes y dominancia desde lo verbalizado –siendo esta coincidencia el mayor motivo de ese trabajo conjunto- y desde lo actuado con postura física, calidez de vos, etc. con un gran dominio autoritarista y arbitrario de toda la situación con respecto al equipo y a la familia, compartiendo todos la psicoterapia en mismo espacio físico.
Un sistema de dar a elegir a la familia como cierre de sesión de que forma quieren seguir, lo que indica que elijan si quieren o no volver y cuando, confunde de sobremanera sobre las reglas del juego
Gatopardismo
de la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa: El Gatopardo, Noguer 1959.
El término gatopardismo ha sido utilizado ampliamente por la política desde los años 60. Constituye maniobras políticas como por ejemplo negociar la renuncia de algunos de los miembros de la Corte Suprema de Justicia de La Nación, ‘lavada de cara’ de la corrupción.
Estamos utilizando en psicología este concepto por primera vez para definir una forma de vínculos con un peso muy contundente real y concreto, formas representativas y sintetizadoras de un tipo de relaciones interpersonales incluidas las familias y las terapias.
En ambos sistemas humanos la salud psicológica está seriamente expuesta bajo este tipo de dominio que implica:
Estar a tono con las distintas demandas de cambio desde una mascara de lo que la gente quiere ver y escuchar. Consiguiendo de esta manera seguir dirigiendo (las familias y las psicoterapias) como si estuviesen operando los cambios que las personas reclaman para sus necesidades y situaciones, cuando en realidad no producen más que movimientos superficiales.
Se declaran de una forma y hacen de otra.
No están del lado del frente como una figura autoritaria, sino del lado del otro con un autoritarismo encubierto y subliminal.
Creando ilusiones de realidades inexistentes.
Le estamos poniendo un nombre a esta realidad que vemos continuamente (en especial en psicoterapia familiar y con pacientes graves), el pedido de las familias de que “algo cambie para que nada cambie”, pedido implícito y encubierto del que se hacen eco muchos psicoterapeutas y que en los hechos son prácticas diarias de este tipo de familias.
La inserción de P al grupo familiar de su padre mediante un “arreglo” entre las chicas de tratarlo bien y la compra de una bicicleta que reclamaba como deuda de su cumpleaños constituyeron algunos de los seudos cambios tranquilizadores y por los cuales se acallaron todas las protestas que estaban denunciando un gran monto de violencia y sobre la cual nada se dijo.
La relación terapéutica cálida y contenedora quedaba sin el recurso de la palabra esclarecedora, guiadora, reubicadora, interpretadora . . . Una disociación en la que solo quedaba la máscara sin el correspondiente y necesario contenido. Esto constituyen una farsa de psicoterapia.
El engaño instrumentado la interpretación en forma de pregunta, oculta lo que es.
Muchos comoqueísmos que desde la cultura post racionalista hasta los distintos gobiernos vienen tiñendo, también, la cultura de las familias y de las psicoterapias.
Todo esto va constituyendo parámetros de relación tales como:
Abandono
Traiciones
Paradojas
Luna
43 años
10 años de diván 2 veces por semana.
Con el motivo de consulta “pelea con novio” terminó la terapia muy mal.
Movimientos como:
Propulsar la pelea frontal con madre sin más ni más, y al último que la dejara que la suelte, que Luna la suelte.
Que era el momento de dejar a su pareja.
¿De que se trata?. Era el cuestionamiento que se hacia. La terapeuta pasó de una actitud lejana y contadas palabras a aconsejar sin que se le entienda de donde sacaba los consejos ni donde iba con ellos.
Iba a terapia y lloraba y seguía llorando y no le daba salida.
Queda sin trabajo con dinero de la indemnización a expensas del marido, de tal forma que:
- Todas las noches lo espera (hace ya tiempo, aún cuando trabajaba) desgarrada en angustia y llanto-como para que él le de la palabra tranquilizadora.
- Casi todos los días habla su madre por teléfono y pelea al punto de colgar con gran angustia y llanto también.
Desde la psicoterapia se instauró la pelea como forma de resolver. En forma de impulsar al impulso y alejar de la reflexión.
- Desorientada en todo, sigue al marido en la incorporación a un grupo que le es ajeno. La desobediencia le podía costar la pareja, era el mensaje, la obediencia le costaba cambiar la identidad.
- Otras problemáticas más como peleas de pareja todos los fines de semana no son tan relevantes como criterios de gravedad.
Así terminó esta larga psicoterapia, en definitiva el grado de autonomía e identidad estaba muy dañando.
Una relación terapéutica plagada de:
Desconfirmaciones
Alteraciones en la comunicación
Autoritarismos encubierto
Rita
A sus 16 años
M. C. La relación con sus padres quienes se encuentran separados desde que era chica. Ella resultaba ser la intemediaria.
Duración 1 año y 1 mes.
Individual y vincular con el padre y otro terapeuta.
El problema no se modifico.
No se sentía contenida por el espacio terapéutico.
Manejo terapéutico inadecuado desde el sistema hospitalario: mucha burocracia y poco tiempo para ella (menos de 40 minutos).
“Se hizo un cierre, aunque no saqué nada en limpio y fue muy descuidado”.
“No había autoridad terapéutica ni objetivos claros, tenia poca experiencia, solo me hacían hablar y a veces me aconsejaban”.
Teniendo en cuenta la edad y motivo de consulta solo hacer hablar y aconsejar, con el agregado del tiempo escaso y complicaciones para realizar el tratamiento (que venga, que firme, que esté el tiempo estipulado y a otra cosa), llevan a considerar que hubo deficiencias terapéuticas tales como:
Abandono afectivo.
Desamparo.
Desprotección.
Autoritarismo.
Su segunda terapia, a los 19 años, un año le sirvió para resolver cuestiones de relación en este caso particularmente con su madre.
Dice que dejo por que su padre se lo impuso pero que aunque se sentía bien con su terapeuta lo consultado al termino de la terapia estaba peor.
En ocasión que se pelea con la madre esta llama por teléfono a la terapeuta quien va a esperarla a la puerta de la casa para calmarla.
Posteriormente según lo transmitido por la paciente la mamá comenzó a hacer terapia con su terapeuta y ella se sintió muy dolida por eso, lo vio como una especulación económica de la terapeuta, y estando segura que la misma sabía que esto le ocasionaba daño. Lo define como un robo de lugar y dice que es de pésimo profesional.
De todos modos en ese momento a pesar de ser de modo abrupto se llego a hacer un cierre con el cual la paciente se quedo conforme. Las sesiones duraban una hora.
La paciente define la relación con su terapeuta como demasiado unida, la adoraba, límites desdibujados.
Luego alguna vez tomaron un café para charlar, en una relación contradictoria y ambigua.
Se repiten los mismos parámetros de relacionamiento que la anterior psicoterapia cambiando la forma autoritaria por Laissez faire.
Concurre a esta psicoterapia a los 21 años.
Vilma
37 anos de edad.
Dos terapias con anterioridad.
1- Desde 1983 hasta 1984 de modalidad grupal dados problemas de relación y autoestima. Dice que al termino estaba igual que al inicio. Dejo por que el proceso estaba estancado y no le servía. No se sentía cómoda con el sistema y dejo por decisión propia aunque hubo un cierre.
2- Desde 1985 hasta 1991 con los mismos motivos de consulta.
Sintió una leve mejoría aunque resalta que no fue por la terapia sino por su propio crecimiento.
La terapeuta se sentaba en una silla atrás de su diván a veces pasaba de 45 minutos 30 en silencio muchas veces solo se limitaba a hacer intervenciones del tipo que te sugiere esto o que tenes que decir de esto.
Llega a este tratamiento, impulsada por la madre, con gran rechazo al análisis, negando totalmente de ver algo de su historia, con gran desconfianza hacia ella misma.
María
28 años
Trastorno de pánico.
- 6 meses en 1995 de trabajo con el pasado y presente. Se sintió muy bien con esa terapia. Deja por dificultades de horario por haber conseguido trabajo.
Sus síntomas empeoraron ya que estaba más limitada por ellos.
Descontextualización.
Falta de dirección terapéutica (abandono) con respecto al síntoma.
- 7 meses en 2000 interpretaciones de sus síntomas a modo mago con galera, o a lo sumo acertaba en la temática sin poder no obstante ser efectiva.
Deja por razones de tiempo, sus síntomas continuaban igual.
Hugo
2002 refiere que desde hacía 10 meses estaba en tratamiento con un psicólogo que le practicaba hipnosis ericksoniana. Relata que lo atendía conjuntamente con un psiquiatra al que vio al principio y lo medicó con Rivotril (4mg por día, distribuido en 4 tomas diarias) y luego le repetía la medicación sin verlo, a través del psicólogo. Decía "...la hipnosis me calma en el momento, pero después vuelvo a estar mal..." La hipnosis no estaba enmarcada en un proceso psicoterapéutico. Consistía en sesiones de hipnosis, en donde el terapeuta inducía al paciente a un estado de relajación contándole cuentos e historias de otras personas.
Este tipo de tratamiento en que se escinde a persona atendiendo a una sola de sus partes constituye una “mutilación” que indica mínimamente una desconfirmación o desconocimiento de la persona tal cual es, en su integridad.
Propuesta de Psicología Integradora
Opinamos que existen métodos de investigación y práctica psicoterapéutica cuya corriente de fondo sólo invita a oscilar entre blanco o negro, se expresan no sólo en la elaboración de constructos y modelos teóricos que terminan siendo atomistas o idealistas, sino que también promueven la permanente exclusión de diferentes aportes: Psicoanálisis vs. Sistémica vs. Cognitiva, así mismo actúan fragmentando y extrapolando del campo biológico al psicológico.
El método dialéctico y una concepción materialista de la vida es el marco amplio de abordaje de la realidad psíquica, siendo la instancia psíquica dialécticamente superadora, razón por la cual exige teoría, metodología herramientas y técnicas específicas a su particularidad y que den cuenta de la especificidad de su nivel de complejidad.
Psicología Integradora rescata del acervo científico - cultural acumulado en el transcurso de la historia nociones teóricas y herramientas coherentes con nuestra concepción del mundo y del psiquismo.
Principios psicoterapéuticos fundamentales
Modalidad de trabajo en forma de investigación conjunta con los asistidos que implica rastrear, descubrir, asociar, testear etc. con ellos acerca de sus problemáticas, sin por esto desdibujar el rol terapéutico de dirección y conducción del tratamiento, equilibrio posible mediante el empleo de estrategias que nos indicaran las herramientas terapéuticas adecuadas a cada persona y situación.
Posición terapéutica de sumo respeto por la persona, con un contacto humano cordial y exento de todo el autoritarismo que nos "da" el poder profesional.
No partir de preconceptos, que encasillan a la persona de antemano, no caer en la interpretación fuera del conocimiento que se tiene de la persona o familia asistida.
Estar atentos en captar la realidad lo más fielmente posible.
Tener en cuenta ética y valores que generan salud, bienestar o bien dependencia, sumisión y por lo tanto enfermedad.
Vamos a nombrar a título de referencia técnicas o herramientas que privilegiamos:
- Intervenciones terapéuticas específicas y generales
- Vivenciales (en psicoterapia individual, familiar y grupal)
- genograma
- mapa familiar
- línea histórica
- ensueño dirigido
- distintas técnicas lúdicas y creativas
- talleres
- Combinación de técnicas, de acuerdo a la persona, a la situación y a su momento histórico. Por ejemplo:
- Conductuales
- Psicoeducación
- Resensibilización
- Sensibilización afectivo-emocional
- Comprensión racional
- Complementación de terapia individual y vincular (pareja, familia, familia de origen, grupo de amistades, etc.
La asistencia familiar en lo posible se realiza con el equipo adecuado al caso y en circuito cerrado de televisión. Con la dirección o coordinación de la terapia dentro de la escena.