Ser Humano
El Ser Humano
Consideraciones acerca de la naturaleza humana
y sus implicancias en la psicoterapia
Desde la materia inorgánica hasta el hombre millones de años han dado en su evolución un desarrollo que da como resultado la aparición de un nivel de materia altamente especializada.
Hablamos del Sistema Nervioso Central (SNC) sede del psiquismo, en donde lo psicológico tiene su base.
Recién en los albores del siglo XX se produce una ruptura epistemológica con el ruso Ivan Pávlov dando paso a al conocimiento científico del SNC con las consecuentes consecuencias que ya quedaban descartadas todas las teorías acerca de la naturaleza incorpórea del psiquismo. Sus descubrimientos acerca de la fisiología de la actividad nerviosa superior brindan conocimientos tales como: objetos y fenómenos del mundo exterior que rodea al animal son estímulos sobre los órganos sensoriales, que trasmitidos al SNC son percibidos como señales.
Lo innato y lo adquirido
En este punto vamos solo a mencionar algunos factores que hacen a la comprensión del grado de complejidad del psiquismo y sus consecuentes repercusiones en la psicoterapia. Para más precisión al respecto ver el trabajo de Alberto Fresina acá.
Desde la ameba al hombre mediante un desarrollo espiralado – regido por las leyes de la dialéctica – surge un nuevo nivel de organización que se sintetiza en el SNC. Desde acá hasta llegar a cada uno de nosotros pasaron millones de años de historia humana que mediante la transmisión cultural está presente en cada gestación de un nuevo ser. Herencias trabajosamente acumuladas se plasman en un embrión que da paso al ser humano en el momento en que al nacer comienza el intercambio con su medio.
Filogenia y ontogenia imprimen en cada uno las características y capacidades humanas de las que gozamos como potencialidad.
Depende de la educación y el nivel cultural que cualidades básicas, capacidades y posibilidades largamente acumuladas en nuestros SNC sean favorecidas, reforzadas o inhibidas, limitadas. Por eso decimos que en la unidad biopsicosocial que resultamos ser lo social da origen al psiquismo.
La acumulación cultural y el aprendizaje creativo, a partir de la experiencia, abre caminos sociales y personales a una ilimitada gama de posibilidades.
Entendemos que no hay psicoterapia posible sin el mínimo respeto que indica saber, entender y sentir que el otro es una realidad única y compleja, que lo es así independientemente de nosotros, de nuestros mejores intenciones, de todos nuestros pareceres acerca de como debería ser. Que conocerlo y actuar en búsqueda de las transformaciones necesarias indica tener conocimiento del desconocimiento acerca de quien se trata el otro, y más desconocimiento aún si solo tenemos como referencia un síntoma y alguno que otro dato.
Ir logrando el conocimiento de la persona que asistimos indica una postura de investigación conjunta – a la par.
Tomar determinaciones de movimientos terapéuticos, elegir el recurso o técnica a emplear implica tener en cuenta que el otro es una persona con su historia y proyecto ajenos a nosotros.
En tanto, ambos desarrollos - humano y personal - llegan a cada estado presente mediante el pasaje de etapa en etapa en forma tal que las nuevas contienen y superan las anteriores la psicoterapia debe rescatar de esas historias lo pertinente para poder comprender el padecimiento y consecuentemente producir el cambio.
Filogenia, ontogenia y especialmente el momento del nacimiento dan cuenta de una impresionante flexibilidad, como capacidad de respuesta a situaciones nuevas y/o adversas.
Cualidad que no suele justamente ser reforzada, siendo sistemáticamente aplanada por la educación se torna enclenque y su debilitamiento está actuando en toda persona que nos consulta.
Funciones psíquicas
Al nacer poseemos un psiquismo rudimentario que va desarrollándose a partir de la actividad.
Desde las primeras sensaciones el intercambio constante con el medio va plasmando en realidad el resto de los componentes de nuestro aparato psíquico. Es decir, nuestras funciones pasan de potencialidades a realidades a partir de la actividad, en especial la interacción social.
El todo que somos (graficado en forma simple y sintética arriba) se va logrando mediante cambios cuantitativos y cualitativos llegando a un grado de evolución donde en cada práctica se ponen en juego el todo, todas y cada una de las funciones restantes.
Por ejemplo si la práctica es movimiento, una actividad (correr) las demás están interviniendo en el desencadenamiento y puesta en marcha de esta acción. Esta es una realidad ineludible, no es de otra forma y como tal hay que verla. En caso de que tenga una compulsión al orden pasándose dos horas antes de acostarse ordenando sobre lo ordenado (Trastorno Obesesivo Compusivo, TOC) esta problemática no solamente está implicando las demás funciones. Las implica en condiciones de ser parte de un mismo sistema, y, además, las implica en las causas que generan tal conducta, y, además, están implicadas en cualquiera sea el cambio de conducta que se pueda hacer, y todo esto también como parte integrante de un mismo sistema.
En la noción de sistema tenemos en cuenta el sistema individual como persona y los sistemas humanos que integra el paciente, especialmente la familia nuclear y de origen, como así también los distintos grupos de pertenencia. En este sentido también se sopesa para la implementación de un cambio terapéutico las reacomodaciones posibles en las personas más significativas, y el cambio en el equilibrio de esos sistemas sociales.
A partir de que todo está en constante cambio, entendemos, todo es relativo, esto indica que todo está expuesto a siguientes cambios. A su vez en cada momento y área somos capaces de conocimientos y aseveraciones más o menos acertadas de acuerdo al acercamiento que ellos tengan con la realidad que interpretan.
Aún poseyendo un SNC altamente especializado no podemos llegar captar la realidad en toda su dimensión, en toda su complejidad. Por eso la complementación con recursos o instrumentos creados hace más posible el conocimiento fidedigno.
Contamos con la imprecisión de los datos que nos presenta el paciente, sean ellos verbales, conductuales, paraverbales, físicos, etc. Imprecisión dada por el nivel de complejidad, que venimos viendo, en donde todo interviene y también por el grado de ocultamiento y/o mentiras consciente o inconsciente.
Por otra parte el paciente trae los datos desde donde le son mas accesibles, cómodo y posible cosa que no siempre (ni mucho menos) coincide con los verdaderos núcleos de la dolencia.
Por todo ello volvemos a plantear que la investigación conjunta es la metodología mas adecuada.
Por ejemplo si trae un dato acerca de su síntoma: “anoche no solo ordenó como siempre todo sino, además, no supo que hacer con la hija que se levantó y le preguntó que hacía”.
Con este dato se abren distintas posibilidades de investigación:
- Buscando datos de otras funciones o cualidades: que sentía, cual sería lo que le ocasionaría a la hija si le dice que hace, etc.
- Indagando (en conjunto) en las relaciones: por que le oculta a la hija esta “manía”, como se da que la hija nunca la ve en estos ritos, que le pasa si muestra debilidades ante la hija, etc.
- Centrarnos en ver la correspondencia del síntoma con sus proyectos.
- Coherencia
- El cambio, ¿en que los cambiaría?
- Los desconocidos
- Los que esperan o esperaban otros significativos
- "Escarbando" más y más en lo expresado, desmenuzando con el objetivo de llegar a un clic, un darse cuenta.
- Intervenciones terapéuticas.
Considerando que en los mismos inicios del homo sapiens sapiens y de cada crecimiento personal se ponen en juego:
- Capacidad de transformación de la realidad implementando instrumentos para fabricar nuevos instrumentos.
- Esfuerzos por conocer cada vez mejor de que se trata la realidad externa e interna.
- Trabajo cooperativo y colaborativo.
- El logro de, cada vez mayor, independencia y autonomía hasta llegar a la autogestión.
Es cuestión de ser coherentes con estas disposiciones inherentes al ser humano y resolver cada paso psicoterapéutico haciendo uso de estos recursos.
En los pacientes.
En los movimientos psicoterapéuticos.
En el trabajo de equipo.