recaída del TOC sobre orientación sexual

Hola de nuevo a todos, soy Hika, seguaramente muchos ya me habeis leído por aqui. Hacía unos 4 o 5 meses que estaba perfectamente bien, completamente recuperada del TOC con este pensamiento, después de esto, tuve el pensamiento de miedo a padecer sida y otras enfermedades, como cancer o leucemia. Pero me hice los analisis de sangre y la prueva del sida y salió perfectamente bien, no tengo nada. Logré superar el pensamiento del miedo a ser gay o a volverme gay enfrentandome a ello (con la ayuda de mi psicologa, claro), és decir, como no podia estar peor de lo que estaba, me armé de valor y dije, "que pase lo que tenga que pasar" y decidí salir de casa, enfrentarme a la vida, quedar con mis amigas, salir de fiesta, hablar con la gente, ¿y que pasó? absolutamente nada, no sentí nada por ninguna chica, ni atraccion, ni deseo, nada de nada. Asi que poco a poco y sin buscarlo, me fueron gustando los chicos de nuevo y me sentia segura y feliz, de que lo habia superado.
Pero, hace tres dias tuve una recaida, el caso es que estoy con un chico, llevamos poco tiempo, asi que todo es nuevo, bonito, yo me siento feliz y enamorada. Ya hemos tenido relaciones sexuales, me gusta y me exita mucho, pero no consigo llegar al orgasmo, de ninguna forma, esto y algun disgusto más que no tiene nada que ver, y que iba un poco cansada, pues se me vino a la mente ¿y si no llegas al orgasmo porque eres gay? y de repente me entro una ansiedad muy fuerte, como hacia meses que no me pasaba, pero hoy he conseguido razonar un poco mi cabeza y he decidido a escribir.

Mi miedo principalmente es en el ambito sexual, a lo largo de mi vida, solo he tenido relaciones con chicos, y siempre me han gustado y me he enamorado de chicos, por más que piense no recuerdo ninguna atraccion, ni deseo, ni amor por nadie de mi mismo sexo.
Pero en mis fantasias sexuales intimas, estando yo sola, (en pareja no he tenido fantasias)pensaba cosas que nunca me atreveria a hacer en la realidad, como ser violada por un hombre o más, ser engañada o forzada al sexo, y en ocasiones he tenido fantasias de que alguen de mi mismo sexo me engañaba para poder hacerme sexo oral. Nunca he fantadeado con acostarme con ninguna chica, ni caricias, ni besos ni nada, y en mis fantasias nunca le hacia nada a la chica, no me exita nada pensar esto, más bien me da un poco de asco. Pero nunca he deseado llevar mis fantasias a cabo, era solo fantasias, és más, si hubiese querido hubiese podido provar con una chica, pero simplemente no me lo plantee, porque no me atrae la idea, no deseo hacerlo. Y he tenido amigas besandose entre ellas, delante y ni me han dado envidia, ni ganas de hacer lo mismo, ni nada.
Pero el miedo esta en que para llegar al orgasmo tenga que hacer uso de alguna fantasia y aparezcan imagenes indeseadas, ya que con el toc todo me afecta. Cuando estoy sola, tampoco tengo fantasias, solo pienso en el chico del que estoy enamorada, que me esta haciendo el amor, y si llego, pero me cuesta muchisimo.

Que me pueden decir de esto? Como puedo disfrutar del sexo y llegar al orgasmo sin pensar en fantasias? No quiero hacerlas realidad, ya que me da asco, no tengo deseos, ni me atrae la idea. Aparte tengo miedo a que el toc perjudique mi relacion, ya que alguna vez cuando estoy con él me entra ansiedad y me lo paso mal. Muchas gracias.

El miedo a la homosexualidad

He creído conveniente hacer un apartado en el que se trate singularmente este temor tan extendido, especialmente entre los adolescentes de ambos sexos, dado que posee unas características muy singulares.

El ser humano está dotado de una gran sensualidad, en el más amplio sentido de la palabra. Hombres y mujeres reaccionan emocionalmente ante numerosos eventos y circunstancias. Yo diría que prácticamente todas nuestras emociones se experimentan, a modo de sensaciones, en nuestros órganos genitales, al igual que en nuestro aparato digestivo y en la piel en general. Cuando aprendemos a observar nuestras sensaciones, los hombres podemos distinguir una sensación genital que parece tirar de nosotros en los momentos de ansiedad y también en los de ira. Asimismo, cuando nos encontramos relajados podemos distinguir un cambio en las sensaciones que percibimos de nuestros genitales. Las mujeres también experimentan esa sensación genital en los momentos de ansiedad y de ira, aunque parece ser mucho menos notable que en los hombres; sin embargo, perciben nítidamente una sensación placentera en los momentos de relajación y recogimiento. Igualmente, podemos apreciar movimiento en nuestras sensaciones genitales cuando observamos a alguien respecto de nosotros. Por ejemplo, cuando vemos venir a un conocido o conocida nuestra que nos alegra encontrar, sentimos una sensación de concordia que pasa por resultar sensual en algunos de sus aspectos, tanto para hombres como para mujeres y con total independencia del sexo de la persona a la que hayamos visto.

Al margen de nuestra preferencia sexual en cuanto al género, los hombres distinguimos entre otros hombres quiénes nos resultan más feos y quiénes nos resultan más guapos; quiénes, a simple vista, nos parecen más agradables y quiénes más desagradables. Igualmente les sucede a las mujeres. Normalmente, esa distinción nos provoca cierta atracción, o cierto rechazo, según consideremos más o menos atractivas a las personas que, consciente o inconscientemente, estemos catalogando. Sin embargo, esa atracción no se traduce necesariamente en deseo sexual. Lo más común es que esa atracción y deseo sensual se traduzca en admiración y deseo de igualar o imitar las virtudes que en ellos vemos. También se trata de sensaciones de empatía y concordia para con otras personas que, siendo de nuestro mismo sexo, consideramos afines a nosotros, sin que por ello deseemos practicar sexo con ellos.

Sin embargo, el mero hecho de que los hombres seamos capaces de distinguir entre otros hombres quiénes nos resultan más agradables y desagradables, o guapos y feos, implica que no somos total y únicamente masculinos; al igual que ese tipo de distinciones, propias también en las mujeres, implican que tampoco ellas son total y únicamente femeninas. Todo hombre y toda mujer tienen feminidad y masculinidad. Unos y otros experimentan sensaciones, más o menos sensuales, en relación con las personas de su mismo sexo y del que denominamos inadecuadamente el contrario. Aun así, lo común es que sintamos una mayor atracción sexual por las personas de sexo contrario, y sean éstas las de nuestra elección para practicar relaciones sexuales y para convivir como parejas. También es bastante común que sintamos cierta aversión ante la posibilidad de practicar sexo con personas de nuestro mismo sexo.

Ante este panorama, y habida cuenta de la incesante búsqueda de motivos de alarma que nuestra mente lleva a cabo en casi todo momento, es muy frecuente, especialmente entre los adolescentes, que experimentemos pensamientos que nos asusten y guarden relación con nuestra sexualidad. Imágenes y frases que muestran o se relacionan con la posible homosexualidad de quien las experimenta, alarmándole, acuden una y otra vez a su mente obsesionándole y angustiándole.

Al común miedo que pueda experimentar cualquier persona que se sienta obsesionada con algún pensamiento que le aterre, por considerarlo peligroso para su vida, debemos añadir la experiencia de la feminidad y la masculinidad implícita en cada individuo, independientemente de su género. Así, la persona se encontrará con que, aparte del miedo que experimente ante determinados pensamientos, experimentará sensaciones con un carácter sexual, más o menos marcado, y se verá envuelto en un temor que, aparte de cobrar consistencia y crédito por el mero hecho de sentir el miedo en su presencia, lo hará también por experimentar esas sensaciones de carácter sexual. A esa situación hay que añadir las sensaciones de aversión e incluso asco que pueden despertar en muchas personas la aparición en su mente de ese tipo de pensamientos, las cuales también influirán en la persona, que intentará rechazarlos sistemáticamente.

Así pues, nos encontraremos ante una situación en la que nuestros temores y dudas sobre nosotros mismos se verán reforzados por la experiencia de sensaciones genitales, sexuales, contrarias a nuestros deseos de mantener una única y rígida tendencia sexual. Por ello, la exposición detallada de nuestros pensamientos en este aspecto de nuestra personalidad, es sumamente complicada; pues, de un lado, acabará desensibilizándonos ante la aparición de ese tipo de pensamientos, si llevamos a cabo esta tarea adecuadamente; pero, de otro, experimentaremos esas sensaciones sensuales que despiertan nuestro interés sexual y, a la vez, nos crean aversión (en los casos en que así sea), lo que puede crearnos más incertidumbre y sufrimiento.

En mi opinión, como menos sufriremos será aceptándonos a nosotros mismos tal y como somos; y ese tal y como somos incluye nuestra sexualidad, a la que tanta importancia concedemos en nuestras vidas. Creo que nadie, en la actualidad, puede saber empíricamente si hay personas que nacen con una tendencia homosexual más marcada, o si esa diferencia se aprende en nuestro entorno. Considero que nuestra carga genética es determinante en este aspecto, al igual que nuestras creencias socio-culturales y aprendizajes. Pero, negar la existencia de la feminidad en el hombre y de la masculinidad en la mujer, en el grado que corresponda, implica, a mi juicio, falta de estudio y comprensión de la naturaleza humana, a la vez que renunciar absurdamente a la belleza en su amplia expresión.

Nuestros propios miedos nos llevan, en muchas ocasiones, a rechazar, incluso a odiar, injustamente a aquellas personas a las que su naturaleza distingue como homosexuales, lo que dificulta la convivencia en una sociedad libre y conduce a la discriminación.

Conocernos y aceptarnos a nosotros mismos no implica ser homosexual o dejar de serlo únicamente por ello. Nuestra tendencia sexual siempre la determinará nuestro deseo y, en última instancia, nuestras prácticas sexuales. Sin embargo, aceptarnos y conocernos a nosotros mismos sí implica dejar de tener miedos infundados, y corregir aquellas conductas que consideremos conscientemente inadecuadas.

Ver lo femenino, al igual que lo masculino, en la naturaleza de las cosas, desde en una pared hasta en la música, en la brisa o en la voz de cualquier persona, resulta de una gran riqueza.

esto espero te ayude......y no te angusties cuando te ataquen los pensamientos intrusivos, dejalos pasar como si nada. y te daras cuenta que iran desapareciendo.

Te agradezco este comentario tan extenso, pero ya sabes que con esto del toc me sirve momentaneamente, al igual que todos los otros comentarios, te calman y al cabo de un rato empieza de nuevo la rueda de dudas.
Fui a terapia, le conté la recaída, hemos analizado de todas partes de donde me vienen estos pensamientos y que a mis 24 años hayan aparecido estas dudas que me atormentan tanto. Descubrimos, que cuando tenia unos 7 u 8 años, una niña de mi clase, me llevaba a los lavabos del colegio y alli tenia que hacerle sexo oral, la niña era muy dominante y yo muy innocente, yo aun no sabia que era el sexo, ni nada, asi que pensaba que era normal, recuerdo vagamente, que no me gustaba, y que olia mal, pero a veces ella me lo hacia a mi y daba un cosquilleo, asi que yo accedia, porque en cierta forma era como si fuera recompensada, no lo se.
Estos juegos se repitieron varias veces, y no solo en el colegio, sino en su casa cuando hiba a jugar los fines de semana. Nunca hubo besos, ni caricias, ni nada, era sexo oral siempre y ella decia lo que teniamos de hacer, nunca salio de mi hacer nada.
Estos juegos se acabaron, cuando empezé a tener uso de razón y claro me empezaron a gustar los primeros chicos, nunca se volvieron a repetir y en cierto modo mi mente los borró, pero inconsientemente, repetia los juegos en mi intimidad, o los representaba con las muñecas, pensando que esto era normal, al fin y al cabo, era lo unico sexual que habia visto y experimentado. A lo largo de mi adolescencia, fueron muchissimos los chicos que me guastaron y que pensaba en ellos, y me montaba historietas con ellos.
Pero en mis fantasias sexuales, a veces pensaba que esta niña, ya mas adulta, me hacia sexo oral de manera que yo era engañada, pero yo no le hacia nada a ella, ni tampoco haciamos nada más, las fantasias se basaban unica y exclusivamente en el sexo oral, tampoco tenia fantasias con ninguna chica más, solo esta que de pequeña me habia obligado a hacerle esto.
Como eramos amigas e ibamos a la misma clase, crecimos juntas, pero nunca senti nada por ella, ni atraccion ni nada, y era como si me olvidara de estas fantasias y me dedicaba a los chicos que me gustaban. Asi que con mi psicologa, llegamos a la conclusion, de que mis fantasias vienen de esta experiencia, porque fue lo que viví, pero que no és realidad.
A mi me da miedo de que algun dia lo quiera hacer de verdad, y me gustaria borrar esta experiencia de mi vida, pero pienso que eso pasó cuando tenia 7 u 8 años y ahora tengo 24, que si no he sentido nada por ninguna chica hasta ahora que no me ocurrira nunca, esto me tranquiliza momentaneamente, porque algunos ya conoceis como es el toc.
Además hace un año más o menos que sufro este pensamiento (aunque he tenido un paron de 4 meses fantasticos) y en un año no he sentido atraccion por ninguna chica y si por chicos.
Espero que puedan responderme, y darme sus opiniones, muchas gracias.

NO NO HIKA ESTAS MEZCLANDO COSAS QUE NO TIENEN QUE VER. iMAGINATE COMO SI FUERA UN HOMBRE, QUE YO NO PUDIERA TENER UNA ERECCION O UN ORGASMO NO TIENE NADA QUE VER CON MI PROBLEMA, AL CONTRARIO TIENE OTRO ORIGEN QUE TAL VES DESCONOSCA. SE ME HACE QUE DE ALGUNA FORMA EL TOC TE PUEDE AFECTAR O OTRA COSA. PERO ESO QUE TIENE QUE VER CON QUE TE ATRAIGAN LAS MUJERES, ESA ES LA IDEA MAGICA DE LA QUE HABLA MARTA. MEJOR SACALA DE TU SISTEMA Y CONTINUA PORQUE DESPUES DE LO BIEN QUE VAS NO SE VALE QUE RECAIGAS POR ALGO QUE NO TIENE SENTIDO. CUIDATE MUCHO Y OLVIDATE D ESA IDEA.