Familiares de las personas discapacitadas, algunos aspectos a tener en cuenta.
La discapacidad de un miembro de una familia, afecta a toda la familia.
La calidad de vida del paciente discapacitado va a depender del sostén
de los lazos familiares. Algunas investigaciones en curso están
abocadas a demostrar esta hipótesis. Por eso el acompañamiento familiar
es fundamental.
Sin embargo, otros estudios demuestran que los
familiares que cuidan a la persona que está enferma son proclives a
sufrir serios problemas de estrés.
Como encontrar el término justo? Como seguir haciendo la propia vida
sin sentirse "egoista"? Como manejar los sentimientos de culpa cada vez
que una/o está disfrutando, suponiendo que en otro lugar hay alguien
que la pasa mal?
Algunas sugerencias:
*Diferenciarse de la persona discapacitada. Aprender a discriminar la
propia vida de la vida del otro. A veces creemos que lo que le pasa al
otro, tambien nos pasa.
*Aprender a reducir la omnipotencia. Disminuir la omnipotencia,
disminuye los sentimientos de culpa. Pensemos que nadie es tan poderoso
para producir el curso del destino de otra persona o para salvarlo.
*Aprender a ocuparse de las propias potencialidades y pedir ayuda para
los propios problemas, que pueden parecer nimios, hasta ahora.
*Recurrir a especialistas para asesorarse en los derechos que tiene
nuestro familiar y utilizar todas las herramientas que están
disponibles para ayudarnos (acompañante provisto por la obra social,
medicamentos y estudios gratutitos, pasajes sin costo, etc). Eso alivia
el trabajo de los familiares.
*Participar en foros, grupos, vida social, etc.
*Tener una perspectiva positiva de las cosas, encontrar la alegría en
cada momento. Pedirle ayuda al familiar en este aspecto, el buen humor
y el reirse aún en condiciones desfavorables, ayuda a cualquier
recuperación o a mejorar la vida cotidiana.
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Lic. Mónica Burstein, psicóloga
Psicología
Integradora
Capital de Argentina
lic-monica-burstein@es-asi.com.ar
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yolanda
18 April, 2011 - 10:30
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A veces se confunden las
A veces se confunden las cosas. Se cree que la persona discapacitada está "detenida en el tiempo" como si fuera un niño que no crece. Sin embargo, crece, y también tiene infancia, adolescencia, adultez y vejez si su discapacidad es benévola.
Entonces, si creemos que se detiene en el tiempo, pensamos que nosostros también debemos detenernos para cubrir todas sus necesidades.
Ahí es donde viene una faceta de la omnipotencia. Creer que somos jóvenes para siempre. Ignorar los avisos de salud que el cuerpo comienza a dar, por el tiempo y por el desgaste.
Decimos "el amor lo puede todo" y "cuando se quiere se puede" o "Dios me hizo especialmente fuerte".
Y mal hacemos en ignorar los avisos, ya que si no atendemos nuestras necesidades físicas, mentales, emocionales, vitales, la salud sigue su curso deteriorándose y eso en nada beneficiará a un discapacitado que depende de nosotros.
No siempre la familia podrá hacer frente en soledad a todas las necesidades del discapacitado.
En ese caso, debemos abrirnos y tender lazos hacia la sociedad, no quedarse solo; en este camino descubrí cantidad de profesionales con verdadera vocación y amor por su trabajo que han aportado muchísimo a la calidad de vida de mi pariente.